Tú eres el constructor del futuro

Por:  Froilán Casas

Obispo de Neiva

El futuro no viene por arte de magia o por generación espontánea. El mañana depende de cómo has asumido el hoy. No le eches la culpa a los demás por tus errores: ellos son fruto de la improvisación, de tu ambición desmedida, de tus terquedades, de tu arrogancia, de tu pereza. ¡Ah! Aprende: uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. No pretendas tener amigos si eres huraño. El saludar abre puertas, la arrogancia, la altivez, las cierra. ¡Cuidado! El que sube con arrogancia, baja con vergüenza. Aprende de tus errores, ellos miden con realismo tu capacidad de superación. Por favor, tú no eres la divina perfección del mundo. No seas iluso, tú eres tan frágil como un pétalo de rosa. La humildad abre puertas, la soberbia las cierra. No sé, pero la buena vida cansa y la mala amansa.  Lo más difícil de manejar son los triunfos, no te creas dios, ¡cuidado! subes como palma y caes como coco. Cuidado con el culto a la personalidad, no endioses a alguien, podrás resultar frustrado. No hipoteques tus afectos, sé libre y toma las decisiones con la inteligencia, antes que tomarlas con el corazón. ¡Ah, cuántas vidas fracasadas por no haber actuado con inteligencia! El poema Desiderata no dice tantas cosas sabias: “Acata dulcemente el consejo de los años. Abandona con donaire las cosas de la juventud. Cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad”. No pretendas tener una vida saludable si abusas de la comida y llevas una vida sedentaria. Si te da cirrosis hepática, recuerda que ayer abusaste del alcohol. Cómo no te va a dar cáncer pulmonar si ayer eras un fumador empedernido. Por favor, ni le eches la culpa a Dios por tu irresponsabilidad y el manejo de tu conducta. Si siembras vientos, ¿qué cosecharás? Pues, tempestades. ¿Por qué no tienes amigos?, porque eres huraño y truhan. Recuerda que lo que tú siembras hoy, eso cosecharás mañana. La ley de la compensación es muy clara en la vida. En la vida se pueden perder batallas, lo importante es ganar la guerra. El problema eres tú, luego la solución eres tú. ¿Quién da la mejor carta de recomendación? Tú mismo. No busca padrinos, deja huella, deja las puertas abiertas. Un excelente trabajador, jamás se quedará sin trabajo. No seas rémora, da para recibir. Gánate el cariño de los demás, sirviendo. Las personas ruidosas y agresivas son un fastidio para el espíritu. Que los demás se alegren cuando tú llegas y no sientan la incomodidad de tu presencia. Comunica noticias buenas, para qué das malas noticias si no tienen solución. No seas resentido, los demás no son culpables de tus fracasos, tú has construido tu historia. Recuerda que donde más se aprende es de los errores, sé inteligente, aprende de los mismos. También los triunfadores han tenido derrotas y fracasos. La diferencia está en que supieron superarlos. Los japoneses y alemanes perdieron la guerra, pero después invadieron a los países triunfadores con sus productos, ganaron en sus negocios. Entonces, sé inteligente.