Radiografía a la Inseguridad
Por: Faiver Eduardo Hoyos
E-Mail: faiverhoyospe@gmail.com
Cuando evocamos el término de ciudad, podemos abarcar amplios pilares fundamentales encargados de darle estabilidad y desarrollo a la misma, en los cuales encontramos algunos como la educación, salud, cultura, la falta de oportunidades laborales, y por supuesto, uno de los principales aspectos que más exigen las ciudadanías en general a cada Gobierno, mejorar la perspectiva de Seguridad en sus territorios.
Día tras día somos receptores de noticias indignantes en donde los principales protagonistas son la inseguridad y la injusticia, mezcla peligrosa y con un sabor bastante amargo entre los habitantes.
El Huila como casi todos los Departamentos en Colombia, no ha sido la excepción. La inseguridad se ha ido permeando poco a poco, cada municipio ha sido testigo de cómo este fenómeno ha hecho presencia en sus territorios, incluso golpeando a Neiva, en donde los hurtos se han vuelto pan de cada día.
El miedo y la zozobra, se han vuelto fieles compañías de los colombianos y la población ya indignada exige más seguridad en sus territorios, y con justa razón. Es desafortunado lo que sucede no solo en Neiva, sino en todo el país en donde la pandemia ha dejado en evidencia graves problemas de fondo que tiene el Estado Colombiano y uno de ellos es el tema de la inseguridad.
Sumado a esos problemas que tiene el país por solucionar, encontramos las malas decisiones gubernamentales que se han tomado a nivel nacional y que personalmente considero, han sido punto de partida y un gran detonante para que este fenómeno esté en aumento.
Recordemos el Decreto Legislativo 546 del 14 de abril de 2020, el cual sustituyó la pena de prisión y medida de aseguramiento en establecimiento carcelario, por detención domiciliaria en el lugar de residencia, a las personas que se encontraban en un mayor índice de vulnerabilidad frente al Covid.
Pues bien, cerca de 5 mil personas privadas de la libertad que se encontraban recluidas en cárceles, salieron a sus domicilios y muchos de ellos con delitos como el hurto. Un premio a la impunidad y más inseguridad.
Otro punto de quiebre para la seguridad colombiana fue el acceso deliberado de los hermanos venezolanos a suelo colombiano, sin un control, sin mayores requisitos, simplemente con la voluntad y ganas de escapar de un régimen opresor y ver nacer una nueva oportunidad de vida en suelo vecino.
No estoy queriendo decir que no debimos haberles dado la mano, se les debió ayudar, claro que sí, pero no hasta el punto de sancionar la Ley 1997 del 16 de septiembre de 2019, por medio de la cual se estableció un régimen especial en donde los hijos de venezolanos nacidos en suelo colombiano recibirían la Nacionalidad Colombiana.
Es decir que bajo el fin de prevenir la apátrida, el Gobierno Nacional permitió nacionalizar a más de 24 mil venezolanos con los mismos derechos a los de cualquier colombiano.
Bastante indignante si evaluamos la calidad de servicio que nos brindan. ¿No hay para los de acá, pero si para los de allá?Y ni hablar de la alcahuetería de nuestro sistema penal, el cual en vez de castigar a los delincuentes, muchas veces se les premia con la libertad o en el peor de los casos con detención domiciliaria, así tuviera un prontuario delictivo bastante amplio. Solo en Neiva de los más de 900 capturados hasta la fecha en este año, más de 600 han quedado en libertad y cerca de 200 han recibido el beneficio de la detención domiciliaria.
Las malas decisiones nacionales, la ambición de hacer trizas un Acuerdo de Paz, el excesivo garantismo en nuestras leyes, sumado a los problemas de fondo que hay como la pobreza, la desigualdad social, la falta de oportunidades laborales, son las principales causas de la inseguridad en Colombia.
Mientras no haya una solución de fondo, la sana percepción de seguridad difícilmente volverá a nuestro país, por lo menos por un par de años más.