Venezuela Estable, Democrática y con Economía de Mercado es Garantía para la Paz de Colombia
Muchos contradictores de Uribe y del Centro Democrático alegan que los ocho años de seguridad democrática de Uribe son la demostración fehaciente de que una paz por la vía de las armas es una quimera.
Sin embargo, son esos mismos contradictores los que no siguieron con el tratamiento de la seguridad democrática y son los que han fomentado y armado el contubernio con la Venezuela Chavista y la Cuba Castrista.
Les permiten de todo, con un silencio cómplice en aras de sentarse en La Habana en los diálogos de paz para rifar las instituciones Colombianas. El asunto está en que la seguridad democrática contó con un patio trasero de refugio de las FARC: Venezuela y su régimen Chavista. Venezuela fue y sigue siendo el refugio de los Terroristas de las FARC y la principal ruta del tráfico de drogas, y ello con el silencio del gobierno Santos y la inacción (¿o tal vez colaboración?) del funesto Gobierno Venezolano. Mientras esta situación perdure, las acciones militares no serán ciento por ciento efectivas y, además, lo que se firme en La Habana, será la puerta de entrada del régimen Castro-Chavista a Colombia. Ante todo ello, Santos prefirió hacer a los Gobiernos colaboradores de los terroristas sus amigos. Debo indicar que en mi opinión el modelo seudo-comunistoide Latinoamericano de Cuba y Venezuela (y ahora también de Argentina) ha demostrado su incapacidad de generar bienestar para sus nacionales, simplemente son regímenes “langosta” que acaban con la riqueza y capacidad productiva de los países. Son regímenes autoritarios y déspotas que coartan las libertades y la autodeterminación de los individuos. Usa el Gobierno Venezolano la riqueza del país para comprar y corromper conciencias y darle pan y circo al pueblo, hasta que el pan se acabe. Ya en Venezuela no se produce nada, se importa todo, y las mafias internas corruptas, forjadas por el mismo Estado Venezolano Chavista, acaparan y reexportan. Colombia para lograr la paz no necesita firmar un papel con los terroristas, impuesto por ellos a espaldas de la Nación, necesita someterlos a la autoridad de las instituciones legítimas y democráticas. Y para ello necesitamos una Venezuela estable que no sea patio trasero de las FARC, la guarida de las mafias y ruta de drogas ilícitas, ni una Venezuela sometida a la estatización económica donde todo se subsidia y todo se expropia. Esto está creando un efecto nefasto en la seguridad y en la economía Colombiana. No es posible acabar con las FARC con estas condiciones y tampoco es posible que la industria legamente establecida en Colombia sobreviva al contrabando rampante proveniente de Venezuela. Por ello, a Colombia le conviene otro régimen en Venezuela, uno que abogue por una economía de mercado, que sea realmente democrático, respetando los mínimos derechos ciudadanos, y que sea estable. El cambio en Venezuela para lograr ello debe ser institucional. Las marchas, si son pacíficas, sirven porque presionan a un cambio, pero los cambios duraderos y aceptables se hacen por el camino democrático con votos. Si Chaves y Castro han intentado exportar su modelo antidemocrático a Colombia, ahora que nuestros hermanos Venezolanos necesitan apoyo para el respeto de sus derechos y evitar abusos antidemocráticos, me pregunto: ¿Por qué callamos? Por el cálculo político equivocado y de corto plazo del Gobierno Colombiano.