lunes, 21 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-03-18 09:00

Usco: politiquería y rezago

En la Universidad Surcolombiana (Usco) es tan evidente la politiquería, que esta se puede tocar con la punta de los dedos. Cuando uno entra en ciertos vericuetos de la institución alcanza a palpar el clientelismo, la contratación dirigida a satisfacer intereses, la mermelada, el tuti cuanti de un sindicalismo voraz y desueto, y la ausencia de innovación, adaptabilidad, pertinencia y universalización.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 18 de 2014

Los debates programáticos, cuando se dan, son apenas el pretexto para soslayar las luchas intestinas por el poder político y económico de eso que llaman, para no desentonar, el alma máter. Durante las consultas para elegir rector es visible la confrontación de directorios y equipos de agitación y logística, como suele suceder en toda disputa electoral frívola. La autonomía universitaria –que no ha sido interpretada en su hondo significado– queda hecha trizas con la intervención directa de la manzanilla partidista y de jueces de tutela.

Reconocidos protagonistas de la Usco parecen anclados aún en los ecos contestatarios de la Francia estudiantil de 1968, o en las movilizaciones juveniles que siguieron a esa agitación en la Colombia de 1969. Para quienes se resisten a superar viejos paradigmas, las aulas universitarias, desde esta dañina perspectiva, son apenas botines para la revolución proletaria o elemento de militancia y adoctrinamiento en la combinación de las formas de lucha. Son ellos una minoría, cierto; pero frente a una mayoría silenciosa, complaciente y pasiva, que no ha tomado la determinación de hacerse sentir en la formación de grandes paradigmas de desarrollo educativo.

Ni hablar del consumo de drogas psicoactivas y del sórdido ejercicio marihuano de reducidísimos pero nocivos círculos de estudiantes. Nada se dice en público, por miedo, desidia, vergüenza u oportunismo, acerca de este gravísimo signo de descomposición.

Mientras eso sucede en la Usco, las grandes universidades del país y del mundo buscan mejorar su desempeño para aproximarse a las primeras posiciones del Ranking de las mejores universidades del planeta. Quedamos rezagados, sin entender que somos ciudadanos del mundo y que tenemos el deber de abrir compuertas para entregar y recibir conocimiento de gran calidad, como factor clave en la competitividad de los países y las regiones en el contexto universal. Estamos atrapados en las celdas primitivas de la politiquería, en un gueto parroquial, eligiendo rector para administrar mediocridad y miseria. Triste, pero es así.