Un grito por el quirinal
Me acompañan los mejores recuerdos desde finales de los años setenta cuando llegué a vivir en el barrio El Quirinal. Para entonces el barrio era exclusivamente residencial y vivían allí familias de tradición y reconocimiento social en Neiva y destacados profesionales y comerciantes de la ciudad.
Cómo no recordar a Laureano Gómez, Hernando Liévano, Jorge Iriarte, Enrique Falla, Herbert Trujillo y familias como los Pujana, los Amado, los Medina, los Suarez y muchas más que habitaron desde entonces en el barrio. Hoy son contadas las familias en el Quirinal que han logrado permanecer pese a la fuerte presión que el desarrollo urbano de la ciudad ha ejercido sobre este estratégico sector convertido hoy en una especie de "cluster" de la salud en la ciudad.
Somos conscientes de que el desarrollo urbano trae consigo dinámicas expansionistas en las ciudades, eso es apenas normal y en Neiva es un ejemplo claro el caso de El Quirinal, sector que ha venido mutando hacia una zona comercial estratégica de la ciudad. El problema es que cuando estos procesos de transformación de ciertos sectores de la ciudad, no se perciben desde las administraciones y por consiguiente no se acompañan de procesos anticipados de planificación, se convierten en dinámicas que empiezan a generar conflictos en la convivencia de los ciudadanos que lo habitan. Se pierde entonces la posibilidad de darle a la ciudad el poder crecer de manera planificada y concertada con los ciudadanos.
Hoy está gravemente afectada la convivencia de los habitantes del sector, problemas como la obstrucción de garajes por falta de parqueaderos públicos, problemas de seguridad asociados al gran volumen de personas que visitan el barrio, problemas por las ventas callejeras en andenes y garajes de frutas, jugos, arepas y cuanto producto se les ocurra que no solo atentan con el tradicional ornato si no con la misma salud de los desprevenidos consumidores y problemas por la deficiencia del alumbrado público hacen que los que habiten en el Quirinal hoy clamen por soluciones.
Urge a pesar del nuevo POT y de algunos esfuerzos puntuales como es el caso del parque Leesburg y del arreglo de algunas calles, el que se conocerte con los habitantes y se lidere desde la administración una serie de intervenciones a este sector, que se desarrolle una política de planificación a mediano plazo que incluya temas prioritarios como parqueaderos, seguridad y mejoramiento de la malla vial.
Esto sería viable si desde la comunidad nos organizamos y de manera concertada en una reunión con la administración, los habitantes tengamos la oportunidad de expresar nuestro sentir y nuestras propuestas. Dejo abierto el espacio para la convocatoria a esta reunión.