QUE NO SE TRUNQUE EL PROCESO
Es increíble lo que está sucediendo en la Universidad Surcolombiana con la elección del próximo rector.
Ahora resulta que cuando el Consejo Superior ha tenido las mejores intenciones para blindar la elección de la rapacidad politiquera con una convocatoria abierta que permitiera la selección de quienes tuvieran el mejor perfil académico administrativo en ejercicio de la autonomía universitaria, independientemente de la edad que tuvieran los convocados para someterlos a la consulta estamentaria, el Ministerio de Educación, que se supone participó en el proceso de selección de la terna como miembro del máximo órgano de dirección de la universidad, pide en forma absurda y contradictoria que se aborte para que se elija una nueva que genere más pleitos y controversias en la elección del rector, recetando un remedio peor que la enfermedad, dizque porque dos de los ternados se encuentran “impedidos” por razón de la edad.
Lo primero que hay que decir respecto del ingrávido concepto que desconoce la autonomía universitaria, es que ningún procedimiento depurador que se adopte para la elección con el fin de evitar demandas, va a servir a este propósito porque el proceso nació envenenado por la politiquería, y así ternaran a la misma Santísima Trinidad, demandarían la elección del rector, sea el Padre, El Hijo o el Espíritu Santo el elegido. Lo único que lograría que no fuera demandada la elección del rector es un pacto de sensatez y solidaridad con la universidad y nuestra región para que cualquiera que fuese el resultado del proceso se respetara sin más demandas, para que el próximo rector tenga la tranquilidad y la estabilidad que se requiere para gobernarla.
Y es que hay ratificar lo que representa la autonomía universitaria que es de estirpe constitucional para darse sus propias directivas sin la talanquera de leguleyadas que impidan su ejercicio, pues si bien debe hacerse dentro del marco de la ley, esta no podrá interferir un derecho que tiene la educación superior originado en la misma Constitución, y menos invocando un supuesto impedimento por edad para manejar sus destinos, cuando precisamente para poder garantizar el buen manejo de una universidad lo que más se requiere es experiencia y trayectoria como lo hemos visto en el sector privado, donde el maestro Fernando Hinestroza estuvo al frente del Externado de Colombia hasta que murió en la cumbre de sus 80 años y nadie osó vetarlo para que no continuara como rector. Y lo mismo ha sucedido en nuestra región con la reciente designación de Roque González como rector de CORHUILA, que no hubiesen tenido no obstante sus excelsas calidades, ninguna posibilidad en la USCO con el peregrino concepto del Ministerio de Educación, que no puede ser aceptado por el Consejo Superior por invadir indebidamente la autonomía universitaria para que se le eche más cebo al candil en que se ha convertido la elección del rector. Lo mejor que puede ocurrir es que se continúe con el proceso y se permita la intervención de la comunidad universitaria en ejercicio de su autonomía constitucional.