Que el remedio no sea peor que la enfermedad

¿Qué pasará con los miles de colombianos que han delinquido y que sin pagar por su error regresan a las calles? ¿Será que es un mal ejemplo –con tinte de impunidad- para quienes comentan los llamados ‘delitos menores’?

Lo cierto es que la medida ya entró en vigencia y a partir de este momento podrán solicitar la libertad quienes cumplan con los requisitos para obtener los beneficios de la Reforma al Código Penitenciario y Carcelario.

Se beneficiarán quienes hayan sido condenados a menos de ocho años de prisión por delitos diferentes a homicidio, violencia sexual, terrorismo y concierto para delinquir entre otras conductas graves. Otro requisito es haber cumplido con las tres quintas partes de la sentencia.

Preocupa que en este grupo de ‘excarcelables’ estén los responsables de flagelos tan abominables y que tanto daño le han causado al país como los ladrones de celulares, los timadores informáticos (clonadores de tarjetas), entre otras, fechorías, que si bien no atentan contra la vida misma, sí son de alto impacto social por las consecuencias que han generado.

Aquí el Gobierno, desde instituciones como la Policía y la Fiscalía, debe propender para que no se entienda que hay delitos sin castigo, o con castigos menores, pues sin lugar a dudas sería un mal mensaje que podría disparar algunas prácticas asociales.

Entendemos que la medida que ahora entra en vigencia es necesaria para terminar con el inhumano hacinamiento, sin embargo, el problema carcelario debe ser resulto lo antes posible, para que todos los que delincan, sin excepción, paguen por sus culpas, de acuerdo a la ley.