domingo, 20 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-02-19 07:46

Promoción versus asistencialismo

Estamos ad portas de llegar al bicentenario de la independencia republicana y, sin embargo, la plena independencia aún no aparece. Los índices de pobreza siguen siendo alarmantes. Lo contradictorio del hecho es la enorme riqueza que posee Colombia contrasta con la ya centenaria pobreza.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 19 de 2014

Los índices de pobreza siguen siendo alarmantes. Lo contradictorio del hecho es la enorme riqueza que posee Colombia  contrasta con la ya centenaria pobreza. Países con menos recursos naturales como Israel, Suiza, Austria, la misma España, tienen un ingreso per cápita mucho más alto que nosotros y habría que ver el progreso de esos pueblos, sobre todo Israel y Suiza. Optimizan los recursos naturales y los hacen producir al máximo. Son un pueblo laborioso. Han entendido que el desarrollo viene por el trabajo mancomunado de todos los habitantes. La política la han tomado como un instrumento de servicio y no para saquear las finanzas públicas. Habría que hacer un cuadro comparativo de los sueldos de los parlamentarios, los ministros y las altas cortes de esas geografías, frente a los salarios de sus homólogos en Colombia. Quedaríamos aterrados. Pero, perdón, como hemos perdido la capacidad de admiración, lo vemos como “normal”. El verdadero sentido crítico lo tenemos en los pies. ¡Qué tristeza!

En  larga vida que Dios me ha regalado, he escuchado el mismo discurso de la clase dirigente política: acabar con la pobreza. Los cinturones de miseria se extienden por todas las ciudades. Le hemos vendido al pueblo colombiano una cultura de pobreza. Hemos venido dando pescado, pero no hemos enseñado a pescar. En sociología aprendí que la beneficencia solo se da en los países estructuralmente injustos. Sí que es verdad. Los programas sociales de los diferentes gobiernos, en forma populista han repartido como el Rey Midas los gajos de billetes traducidos en innumerables programas asistencialistas. Son respuestas para un cuatrienio, que nunca han resuelto el problema. La gente, en un buen porcentaje pide que le llenen el estómago,  no que se les capacite para el trabajo productivo. Muchos viven lamentándose de su suerte, pero no hacen nada por salir de la indigencia. ¡Cuánto despilfarro en los programas sociales! Mero asistencialismo, nada de promoción. Si se hiciera un estudio de los gastos que se hacen, sacados de nuestros impuestos, constataríamos que la pobreza sigue campeando en todos los rincones.

Superaremos los índices de pobreza cuando se erradique el desempleo; cuando tengamos una mentalidad productiva; cuando haya equidad en los salarios. Los privilegios en la legislación sobre las pensiones, han desangrado los fondos de pensiones hasta hacerlos insostenibles. La voracidad por ganar dinero a todo precio, supera todos los límites de lo racional. Este discurso parecería demagógico si no tuviéramos ejemplos qué imitar. ¿Por qué, países como Finlandia, Noruega, Dinamarca, Singapur, Japón y Corea del Sur, son tan prósperos? Porque todo el mundo trabaja; porque hay equidad en los salarios. Allí no hay necesidad de huelgas pues el Código Sustantivo de Trabajo es equitativo, el trabajador no necesita de  sindicatos burocratizados para defenderse. Para sus reclamos, cuenta con la ley y los jueces no fallan visceralmente; allí los sindicatos ofrecen, no piden. Son democracias con una alta dosis social. La gente sabe que el trabajo es factor de desarrollo.