domingo, 20 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-02-14 08:08

Por verdadera democracia (II)

Continuamos con este importante tema, que debe ser reflexionado en la actual coyuntura nacional ante próxima elección de quienes ejerzan la autoridad, y en el ejercicio de ésta, con miras a que se tenga verdadera democracia.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 14 de 2014

Es preciso que ésta sea de verdad genuina expresión de la “voz del pueblo”, para  que sea “voz de Dios”. Deben, para ello,  respetarse principios civilizados, con respecto a la dignidad de los electores, no atrayéndolos con halagos materiales, ni compra de conciencias, peor con dineros ilícitos, sino con ideas claras y constructivas, y con reverencia plena a los derechos de todos.

Qué confortante cuando grupos humanos, y colectividades, pregonan y se empeñan en causas con ideas y principios, y no a merced de ofrecimiento hábil de puestos o  de ventajas  materiales. Muy clara esta expresión del documento de la Iglesia Católica, Constitución “Alegría y Esperanza”, cuando invita a los cristianos a que “luchen con integridad moral, y con prudencia, contra la injusticia y la opresión, contra la intolerancia y el absolutismo” (n.75).           

Amplia la exposición que se tiene en otro gran documento de la Iglesia, “Los fieles cristianos laicos”, cuando trata el tema de “la responsabilidad” de ellos al interno del ámbito eclesial, y frente al mundo en el que están inmersos. Allí se manifiesta que: “urge en todas partes rehacer el entramado cristiano de la sociedad humana” (n. 34). Hay, luego, un reclamo a no dejarse imponer decisiones inconsultas e inconvenientes, sino exigir que todo mejore, de verdad, en servicio de la dignidad integra del hombre (n.36).

Que todo se encamine, realmente, al bien común, con respeto a las leyes, sin imposiciones personalistas o grupistas, sin compra de conciencias, con ideales claras, y no tras halagos humillantes del que más ofrezca. Qué bien lo escrito, recientemente, por el Sr. Obispo de Neiva: “No se dejen domesticar, elijan con libertad”. Estemos, así, respondiendo, también en este aspecto,  a  cuanto se reclama en los documentos de la Iglesia como parte del llamado a difundir  y aplicar con alegría el Evangelio, al estilo querido por el Papa Francisco en su reciente y bien enfática Exhortación Apostólica. “La alegría del Evangelio”.