No elegir parlamentarios andinos
Columnistas de opinión y periodistas de los más reconocidos medios de comunicación del país, como Felipe Zuleta, Claudia Morales, María Jimena Duzán y Salud Hernández, entre otros,
iniciaron una agresiva campaña invitando a los colombianos a votar en blanco por el Parlamento Andino, una cruzada justa que busca terminar con un ente inoperante que le cuesta al país cerca de seis mil millones de pesos al año y que como lo reconoció el actual Gobierno, no nos aporta nada.
En un principio el Parlamento Andino fue creado para garantizar que las medidas adoptadas por la Comunidad Andina de Naciones, CAN, tuvieran una aprobación del pueblo a través de unos representantes. Sin embargo, por diversos motivos, este cuerpo colegiado se convirtió en uno más de los que tiene el sistema interandino de integración, sin repercusiones reales en la vida de los ciudadanos.
Para ser parte de ese organismo era requisito pertenecer al Congreso, que elegía a los representantes por Colombia. El asunto era sencillo, no solo por la forma de elección, sino porque el Parlamento tiene su sede en Bogotá, lo que hacía más fácil que el legislador cumpliera las dos funciones.
Pero la Ley 1157 de 2007 determinó que la forma de elección de sus representantes al Parlamento Andino fuera a través del voto popular directo. Y así se hizo en 2010 y se repetirá el próximo 9 marzo, todo, porque la Corte Constitucional, que tiene la última palabra sobre una demanda para eliminar la elección popular de parlamentarios andinos, no ha fallado.
El presidente Juan Manuel Santos, pensando en lo oneroso que significa mantener a estos parlamentarios, le pidió a todos los partidos que no inscribieran candidatos, de esta forma se terminaría con la ineficaz figura.
Pero la avaricia pesó más. El Polo Democrático Alternativo no acató la iniciativa del presidente e inscribió su lista, entonces los demás partidos hicieron lo propio, pese a que saben que lo más probable es que la Corte Constitucional terminará en pocos meses, de un plumazo, con la absurda figura.
Entonces no queda más que sumarse a la iniciativa e invitar a todos los colombianos a que elijan su candidato a Senado y Cámara, pero que voten en blanco la tarjeta de Parlamento Andino, esta es la única forma de darle una rápida y contundente sepultura a una representación que lo único que le deja al país es una millonaria pérdida económica.