Los acuerdos para elegir nuevo gobernador

El problema es que Villalba falte a lo concertado, que no sería extraño, como ha ocurrido otras veces (validando el apodo de “nicuro”). Dos hechos le dan mayor peso a esta presunción: que se guardó la candidatura de Luis Enrique Dussán para el efecto. Y los ataques al alcalde Suárez, al día siguiente de las elecciones de congreso.

El panorama sería más claro si las curules de Géchem y Chavarro estuvieran definidas, pero los dos atraviesan el calvario de la incertidumbre. 

Si Villalba no cumple (veo de cerca el conejo), los escenarios posibles son los siguientes: 

1-   Andrade hace alianza con Géchem y lanzan candidato propio (conservadores y la U).

2-   Villalba y Gómez Hermida se unen.

3-   Las dos fracciones conservadoras definen una consulta y proponen sus candidatos, donde todo se queda en familia: el senador Andrade postula a su hermana, Esperanza. “Integración” de Chavarro y Gómez Hermida lanzan el nombre de Jorge Fernando Perdomo, deteriorado en su imagen por tanta voltereta política. Si Carlos Ramiro Chavarro se quema, el joven dirigente sería el candidato (es taquillero y su movimiento tiene dinero)

4-   Sabiendo que los González Villa no son mancos (son manilargos), es posible que saquen de la manga alguna propuesta para promover el nombre de Carlos Julio (a propósito, ¿que estará pensando Uribe de Cielo, la antigua heroína, hoy la ingrata, desagradecida? 

Géchem y Chavarro seguirán penando por otras semanas, aunque los dos podrían entrar al Senado, ahora o en unos meses. Por coincidencia, los dos son “primeros suplentes” en sus partidos. Y la Corte Suprema le está echando el ojo a Musa Besaile y a ñoño Vidal, que –de salir- abrirían campo en la U.

En el tema de la alcaldía de Neiva, el nombre de Rodrigo Lara Sánchez parece ser imbatible. Por lo mismo, serán los políticos los que quieran sumarse a su campaña, so pena de perder esfuerzos con candidatos más pequeños y de menor peso político, como Julio César Triana y otros de estatura similar o cercana.

Con la observación obligada de que este es el panorama de hoy. Mañana puede ser bien distinto, en las movedizas y cenagosas arenas de la política.