lunes, 21 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-03-25 05:15

La verdad sea dicha

En varios de los casos irresueltos de muerte y corrupción más comentados en los noticieros y periódicos del país, en este último cuatrienio, como la muerte del universitario Colmenares, las trampas de los hermanos Moreno Rojas, las componendas de los primos Nule, el homicidio del joven grafitero…,

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 25 de 2014

es lastimoso ver cómo para algunos abogados, más que saber interpretar y aplicar la Ley, lo que cuenta es tener la astucia de saber eludirla en los claro-oscuros de sus reformas, contrarreformas, derogaciones, decretos, reglamentos y fallos. La verdad de los hechos se enreda y se maquilla para encontrar el modo de dilatar o amañar los procesos de manera que se busca más la preclusión que la defensa digna, quedando los jueces de turno como meros convidados de piedra mientras pasan los meses y los años en rodajes de películas sin fin donde se conoce al bandido y su pecado pero queda turbia su huella y hasta se embolata el cuerpo del delito, con guiones parecidos de confusión y enigma.

Eso sí, los asuntos “de baranda”, con acusados de bajo estrato y perfil, suelen tener despacho diligente mientras curiosamente demoran demasiado los casos donde se ponen en juego cuantiosas sumas de dinero o “el buen nombre” de miembros encopetados por la élite social o por un grupúsculo de la clase política.

Las audiencias judiciales de los casos de paramilitarismo con su metástasis parapolítica y parafinanciera se convierten en todo un “carrusel de los sapos” donde los malabaristas jurídicos acusan y recusan con toda clase de testigos sin que cuente la calidad ética y moral de los que pasan al estrado, perdiendo credibilidad tanto los que se arriman a la defensa como los que rodean al fiscal. Es un circo de “verdades a medias” (como si la verdad pudiera conseguirse por retazos) donde “hecha la Ley, hecha la trampa” pues, en el juego que le hacen a la autoridad, los delincuentes capturados ya guardan bajo sus mangas el as estelar que hasta última hora arrojan sobre la mesa para acusar a su cómplice y así poder aminorar la pena.

Tal como dijo Cristo, la verdad nos hará libres, pero es imposible lograr la libertad donde se le hace campo a la mentira. Y no podremos cantar con el salmista: “…la justicia y la paz se besan”, porque ello será sólo un suspiro mientras no se valore y honre la palabra y el juramento sobre la biblia o por respeto a la bandera.

Cuando no es defendida la verdad, la justica cojea…pero no siempre llega para abrazar la paz.