Hoy en nuestra historia regional
Camilo Francisco Salas Ortiz y Delimiro Moreno Calderón, de la Academia Huilense de HistoriaHoy es 10 de enero de 2004. Este es el hecho más destacado de la fecha en nuestra historia:
Los terribles terremotos de 1827
En un día como hoy, pero de 1828, en las horas de la noche se rompe la represa que había formado el río Suaza 56 días antes, con motivo de los terremotos de 1827. La avalancha que se formó arrasó los caseríos de La Jagua en Garzón y La Honda en Gigante y todos los haberes de sus orillas limítrofes.Esto fue efecto de los grandes y terribles terremotos que sacudieron la cordillera Central de Quito a Cúcuta los días 16 y 17 de noviembre anteriores, y que en toda la provincia de Neiva causaron la muerte a 524 personas (más del 1% de su población); derribando 29 de sus 33 templos parroquiales y 80 casas; en El Gigante, las fuertes avenidas de los ríos Magdalena, Rioloro, La Honda y La Guandinosa barrieron cuanto había en sus vegas: 30 familias, 12 casas y 830.000 árboles de cacao, así como cultivos de tabaco, caña de azúcar, plátano; arrasaron las dehesas; destruyeron las salinas de Aguacaliente con sus hornos, enramadas y todas sus dependencias; El Paso fue destruido por el desbordamiento de los ríos Blanco, el Quebradón y las Damas. Los terremotos destruyeron la totalidad de los edificios públicos civiles, sumiendo la región en una crisis económica nunca vista antes. Dos cerros, Guapotón y el Grifo, en La Viciosa (Guadalupe), se derrumbaron y represaron las aguas del río Suaza, que en esta fecha, como está escrito antes, se desbordaron con los efectos anotados. Como consecuencia de los terremotos, Timaná quedó reducida a escombros, por lo cual en noviembre, el párroco Manuel Elías Carvajal, funda el pueblo de Elías en su hacienda La Mesa, ubicada al otro lado del río Timaná, donde tenía su oratorio personal, en la cual tiene un altar para oficiar la misa; y opta por invitar a los feligreses a este sitio, hasta que los damnificados de Timaná vayan construyendo sus pequeñas chozas cerca de la casa de la hacienda, gracias al agradable clima y a la benignidad del presbítero.