Hay que saber perder
El deporte ha traspasado su mérito tradicional hasta convertirse en el espejo donde todos quieren reflejarse cuando se gana, aunque su pretendido espíritu flaquea cuando se trata de apadrinar las derrotas.
Aceptar un fracaso requiere una actitud vital sólida, saber a qué se juega, conocer el auténtico significado de lo que se está haciendo y sobre todo entender que hay dos posibilidades válidas cuando se juega y que una de ellas, aunque no nos guste, se llama perder.
Paulo Coelho describe con elegancia la importancia de saber perder: "Un guerrero acepta la derrota como una derrota, sin intentar transformarla en victoria".
"La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce", aseguró Jorge Luis Borges; un valor que se ha perdido en la cultura popular de las últimas décadas, más obsesionada en el culto de la victoria, vista como el acto supremo de gratificación instantánea.
Es difícil declararse perdedor, eso es indudable y seguramente inherente al ser humano, sin embargo, debemos aprender de las derrotas y asumirlas con gallardía y entereza.
Toda esta reflexión para referirnos a lo que está pasando en el Huila luego de los comicios celebrados el pasado domingo. No pasaron 24 horas y por lo menos dos de los perdedores ya estaban enfilando su artillería para buscar la caída jurídica de quienes los superaron en las urnas.
Este perverso juego, que sigue haciendo carrera en la política colombiana, debemos acabarlo por dañino, malsano y perverso. Si un político no logra el favor popular en las urnas, busca alcanzar el objetivo en los estrados judiciales.
Para el caso sabemos que ya andan azuzando y buscando cuanta argucia legal y no legal sea posible para impedir que Ana María Rincón y Flora Perdomo se posesionen como representantes a la Cámara por el Huila, curules que ganaron en forma limpia y transparente, en franca lid y en las urnas, en un proceso democrático que se tiene que respetar.
Si alguno de los perdedores tiene las pruebas de una inhabilidad o de un acto torcido de parte de ellas para llegar a donde están, deben hacerlas públicas y entregarlas a la autoridad competente de manera inmediata. Lo que no está bien visto es que estén buscando cualquier cosa, con el único objetivo de provocar la caída de ellas en beneficio propio.
Hay que aprender a perder y reconocer que esta vez la oportunidad llegó para ellas, con un mandato sagrado que es el voto del pueblo. Ojalá así lo entiendan y por el bien del Huila, asuman la derrota.