sábado, 19 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-02-11 07:43

Elegir bien si hace la diferencia

Estamos a un mes de las elecciones parlamentarias y en el tiempo que falta para ellas, todos los candidatos tratarán de convencer al electorado de que voten por ellos. Unos apelarán a nimias, pero populares propuestas, que dan “contentillo” pasajero a algunas de las necesidades del pueblo, pero que no resuelven los problemas estructurales del país.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 11 de 2014

En lo estructural es en lo que se debería centrar el debate electoral y de ello debería depender la escogencia que hagan los ciudadanos al momento de votar. Me atrevo a proponer tres temas estructurales (y no voy a hablar de paz) que son a mi juicio los que debería resolver la próxima legislatura para que hagamos viable este país. En primer lugar la reforma a la justicia y con ella la reforma a la tutela. Debemos contar con un país donde opere la justicia, donde los delincuentes sean capturados y juzgados y donde los jueces respeten el principio básico del imperio de la ley. Que los jueces no se inventen la ley extrayendo de gaseosos principios constitucionales lo que ellos creen o quieren que la ley diga según convenga. Se debe acabar con la “tutelitis”, que es el cáncer del derecho y de la seguridad jurídica. Debemos reformar las cortes y en especial quienes las integran. A ellas deben llegar excelsos ciudadanos, sin intereses ni padrinos políticos, personas mayores de 55 años con impecables hojas de vida. Hay que despolitizarla y cambiar su forma de elección. No solo necesitamos probos juristas como jueces, si no también probos ciudadanos, independientes al debate político. Tenemos que reformar el entuerto de las altas cortes para que no haya choque entre ellas. En segundo lugar la reforma a la política que haga eficiente su ejercicio y reduzca la posibilidad de corrupción. Debemos contar con partidos fuertes, que cimenten su ejercicio político en verdaderos debates de la vida ciudadana y no en la clientela amarrada con puestos y dinero. Hay que acabar con el bicameralismo y con las circunscripción nacional. Una sola cámara, elegida por circunscripción regional o departamental, según la población, debería bastar. El periodo de servicio de los parlamentarios debería ser de máximo dos periodos de 5 años. No puede haber largas carreras políticas como hoy las hay. Para ser parlamentario se debería cumplir con algunos requisitos, como mínimo haber pasado por una universidad, o contar con una experiencia probada en un arte u oficio. No debería haber reelección presidencial y el periodo del presidente debería ser ampliado a 5 años. El derecho al voto debería restringirse, ningún funcionario público debería poder votar, como en la actualidad no lo hacen los miembros de las fuerzas armadas. El voto debería ser obligatorio. La manera de investigar y juzgar a los parlamentarios debería también cambiar. El sistema debería garantizar que quien  la haga la paga, sin tanta garantía para el investigado. La garantía debería ser para la comunidad. En tercer lugar, la contratación pública debería ser totalmente replanteada. Deberíamos hacer una reingeniería a la ley de contratación para hacer eficiente el uso de los recursos y cerrarle el paso a la corrupción. Para terminar, todos debemos entender que ser funcionario público de elección popular es el máximo honor del Estado, reservado a aquellos que cumplan ciertos requisitos de honestidad y capacidad, para servir los intereses de la comunidad y no sus intereses propios. En marzo miremos las listas y tengamos esto en cuenta. Elegir bien si hace la diferencia para el futuro del país. No votemos por quienes no lo merecen o quienes no nos merecemos.