El liderazgo de la mujer en la política
Día a día la mujer sigue ganando terreno en el campo político y se hace más visible su gran capacidad de desempeño en diversos cargos públicos, donde deja muy en alto su nombre, pero sobre todo muestra cómo desde el género femenino, su sensibilidad, disciplina y organización son afectivas a la hora de tomar decisiones o de llevar un proyecto a feliz término.
Pero la incursión de la mujer en la política, como en otros campos otrora de dominio exclusivo de los hombres, no ha sido fácil y no se ha dado de la noche a la mañana.
La construcción de relaciones equitativas, entre hombres y mujeres, en todos y cada uno de los aspectos de la vida, ha conllevado sacrificios y luchas frente a una arraigada cultura patriarcal que nos ve como seres inferiores y sin derechos.
Hoy en día, a base de tenacidad, esfuerzo y trabajo, la mujer se ha ganado el reconocimiento no sólo desde el plano de la familia, sino desde su dignidad como un ser humano valioso, que brinda grandes aportes a la sociedad.
Esta equidad de Género, la cual ya estaba contemplada en La Constitución de 1991, en la que se reconoce la igualdad entre hombres y mujeres en el artículos 13 y 43, sino además la obligación de garantizar la adecuada y efectiva participación de la mujer en los niveles decisorios de la administración pública artículo 40, permite que hoy en día las mujeres tengan participación en las listas de candidatos a cargos de elección popular.
Mujeres como María Cano, Manuelita Sáenz, Policarpa Salavarrieta, o en nuestros tiempos Cecilia López, Gilma Jiménez (q.e.p.d.), Olga Duque de Ospina, Clara López, Gloria Cuartas, o Martha Lucía Ramírez, entre muchas otras, han batallado por el país, desde distintos campos políticos y han demostrado que con Liderazgo y Fe se puede luchar por el país y salir adelantes. Gracias a todos estos procesos las mujeres podemos hacer nuestro aporte al desarrollo y la construcción de país justo y en paz, más allá del ámbito del hogar.
Sin embargo seguimos siendo minoría a la hora de la participación en política. Por tanto, no podemos claudicar ante los obstáculos que se nos oponen y al contrario debemos seguir trabajando para conquistar el protagonismo que merecemos en los procesos de desarrollo del país y de paso nosotras mismas empezar a capacitarnos para entrar a aportar y generar cambios positivos desde los partidos y movimientos políticos, los sindicatos, las juntas de acción comunal y demás organizaciones sociales.
Es hora, entonces de tomar las riendas de nuestra comunidad, nuestra región y nuestro país, para asumir de corazón y con fuerza un protagonismo que conlleve a devolverle a la política el valor y la credibilidad que a veces parece estar desatinada y de paso conlleve a nuestra sociedad al progreso y desarrollo. Adelante mujeres! El tiempo del cambio ha llegado y debemos aunar esfuerzos para trabajar por nuestra región.