El Huila merece credenciales con autonomía e identidad de partido

equivocadamente y sin mayores contraprestaciones para la colectividad, han hecho alianzas  y coaliciones  en la mayoría de las cuales se fortalece a la otra parte coaligada en directo detrimento de la  del movimiento original.

De ese fenómeno no ha sido ajeno el Partido Conservador Colombiano que a pesar de ser el movimiento político de mayor importancia en la historia nacional, ha venido perdiendo protagonismo  gracias a que sus dirigentes han sucumbido a la ambición personal y grupal y traicionado la filosofía conservadora a cambios de prebendas personales, participación burocrática   para su cerrado círculo de amigos y el afán de mantener un falso liderazgo en las regiones. 

En  el caso del Huila, un departamento de amplias mayorías conservadoras, con una base sólida y fiel a sus principios, con grandes realizaciones y sustento social; la situación no ha sido diferente a la del resto de regiones colombianas y las masas conservadoras no solamente han ido quedando  solas sino que han ido migrando hacia nuevos movimientos.

Pero no ha  sido el surgimiento de nuevos movimientos el factor que con mayor fuerza ha ido mermando la popularidad de nuestro partido,  pues la mayor amenaza ha estado siempre en el interior de nuestra propia colectividad, siempre disfrazados de falsos jefes a quienes poco les importa la suerte del partido si a cambio se les permite mantener su engañosa jefatura regional. 

Son los mismos quienes se han negado sistemáticamente a permitir el surgimiento de nuevos liderazgos, quienes se han anquilosado en pretendidas jefaturas a pesar de sus retrogradas formas de liderazgo,  poniéndole todo tipo de obstáculos en el camino  de quienes, como yo, estamos convencidos de que nuestro partido e seguir siendo una fuerza decisiva y decisoria en nuestro país y hemos asumido el reto de recuperar su credibilidad ante el pueblo huilense.

En contra de nuestros propios jefes hemos avanzado en el difícil camino de la representación de nuestro partido y del Huila en general en diferentes escenarios de la vida política y hoy damos testimonio de verdadero liderazgo,  fidelidad hacia los postulados y principios conservadores y compromiso con las comunidades de mi departamento.

Desde siempre hemos puesto nuestra credencial y capacidad de trabajo a disposición de las comunidades y no nos hemos arrodillado ante los falsos caciques y su perversa manera de manejar el partido para su propio provecho, amparados en sus maniquíes con credencial de senadores a quienes manipulan a su antojo. 

La nuestra es una credencial con autonomía propia que solamente se debe a Dios y a  las bases de mi partido y otros pensamientos políticos afines al conservador que han creído en nuestro trabajo y confiado su representatividad en este servidor.

El Huila ya los conoce  nos conoce, los huilenses saben quienes hemos tenido el valor de levantar la voz para reclamar lo que a  nuestro departamento le corresponde,  por eso estamos trabajando con nuestro equipo para revalidar el derecho de las  comunidades huilenses de estar bien representadas en el  Congreso Nacional, con criterio propio sin mezquinas jefaturas, pero siguiendo los lineamientos que nos legaron los fundadores de nuestro partido de defender el orden, la democracia, la justicia y la equidad social.