El fin del conflicto
Llevamos más 60 años de conflicto interno, originado en la mitad del siglo pasado luego del intento fallido de unas mayorías de lograr el poder mediante la vía legal, las cuales se encontraban segregadas y no representadas en el poder de dicha época.
La vía de la violencia fue el camino que encontraron en la búsqueda por la reivindicación de sus derechos.
Gobernantes pasaron y pasaron por el poder, sin lograr resolver el conflicto, muchas veces prometiendo acabarlo mediante la fuerza y en otras ocasiones mediante un proceso de paz que nunca logró concretarse. La desconfianza rodeó dichos acercamientos, rompiendo toda posibilidad de concretar el fin a la confrontación armada.
La desconfianza del colombiano en sus instituciones, parte de la propia educación que tácitamente nos lleva a inculcar la falta de credibilidad en el prójimo. Esto nos ubica en un plano personalista, en el cual no somos capaces de construir lazos de confianza que nos permitan construir redes sociales fuertes capaces de defender los derechos de todos. La pérdida de credibilidad en las instituciones políticas del país, mina esfuerzos por lograr el equilibrio social, pues solo cuando exista credibilidad en las instituciones, se podrá esperar que aquellos que han optado el camino delas armas decidan reintegrarse al camino de la legalidad.
No conocemos lo que se está acordando en La Habana, sabemos que son cinco puntos. Esperemos que dichos acuerdos no acaben con la confianza que tenemos miles de colombianos que creemos que se puede lograr ponerle fin a la confrontación armada que día a día nos destruye. No obstante preocupa que dichos acuerdos se realicen en absoluta reserva, sin previamente involucrar a todos lo sectores sociales, en medio de una sociedad que cada vez muestra mas facetas y muestra diferentes expresiones, los cuales claman por ser escuchados e incluidos.
Debemos ser capaces de apostarle al fin del conflicto armado, para luego darnos la oportunidad de centralizar los esfuerzos en la lucha contra la desigualdad, haciendo de esta país un Estado pluralista e incluyente en el cual todos los sectores puedan estar representados, dejando claro que lo importante es el bien común y logrando finalmente la tan anhelada paz.