domingo, 20 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-03-20 08:14

Dos más

La prensa informa que a tiros de gracia fueron asesinados el mayor Germán Méndez Pabón y el patrullero Edilmar Muñoz Ortiz, presuntamente secuestrados por las Farc en una zona rural de Tumaco, en el departamento de Nariño.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 20 de 2014

Sin duda, el dolor de los familiares es más que intenso, su impotencia llega al límite y su odio encarnado por el hecho los deja destruidos y preguntándose por qué les ha tocado esta demencia, producto de una confrontación desenfrenada.

Es la misma impotencia y rabia que hemos sentido, cuando la guerra nos ha tocado. De manera particular, he visto a familiares muy cercanos destruidos por efecto de la confrontación, desde un bando u otro. Lo primero que recuerdo es al tío Hermenegildo, quién un día arribó a la casa desarrapado, sin saber a dónde ir, porque bombardearon su rancho en Riochiquito. Dos hijos suyos fallecieron bajo el poder de las bombas proveídas por el gobierno norteamericano.

Tiempo después, un primo de mi esposa, allegado a mis afectos como todos los miembros de esa humilde y maravillosa familia, caía fulminado por las balas de un AK-47, de fabricación rusa, cuando prestaba vigilancia en la Estación de Policía de Hobo, en el Huila. Ya un hermano suyo había caído bajo las mismas balas guerrilleras en una toma de Puerto Rico, Caquetá.

Y, Después, mi hermano Lucio, quien poseía una pequeña finca en el Putumayo, fue tomado preso por el DAS violándole todas las normas del debido proceso, y por el capricho de un Fiscal resentido de Neiva, lo mantuvieron tras las rejas durante un año acusado de auxiliar a la guerrilla, cuando estos guardaron en su choza artículos hurtados a una compañía distribuidora de alimentos sin que pudiera negarse. Posterior a conseguir su libertad, elementos del ejército y paramilitares lo obligaron a desplazarse. Finalmente murió sin ser reivindicado ni indemnizado en un incidente coronario, causa de la situación que viviera.

Por eso me duele tanto lo que ha ocurrido con estos dos policías, y llamo a la solidaridad con sus familiares. Me duele que la guerra nuestra no atienda las mínimas normas del DIH. Tengo el concepto de que los bandos que se enfrentan, algunos desde el gobierno son psicópatas dogmáticos, y los otros, la guerrilla, asesinos desalmados. Nadie más que un asesino desalmado puede matar a una persona en total indefensión, reducido, derrotado.

Y lo más grave es que continuamos celebrando carnavales, reinados, realytis. Hacemos apología a la violencia en la TV, elevamos a nivel de héroes a quienes manchan de sangre esta historia nuestra, que no le cabe un ojal porque los disparos de fusil de todas las marcas y todas las proveniencias, y las bombas de todos los calibres y capacidad destructiva han susungueado nuestra bandera, nuestro suelo, nuestra vergüenza.

Qué bueno que por primera vez el peso de la ley recaiga sobre estos asesinos. Que la fuerza del código penal dé una sentencia ejemplar a estos desalmados, para sentar, de una vez por todas, el precedente de que éste es un Estado Social de Derecho. Ojo: que no los asesinen; que los capturen y les den todas las garantías de defensa. ¿Será eso posible, o estoy soñando?