Dignidad
Los problemas esenciales de la sociedad se resuelven mediante la educación. Si, educación pero ¿y los criterios? ¿Son los acertados? ¿Son los que nuestra sociedad necesita? Pudiera darse al traste y originar crisis.
La desnaturalización del ser humano o la perdida de dignidad buscan distanciar al ser afectiva y efectivamente de la humanidad en su conjunto y sucede en muchas de nuestras organizaciones. Dirigentes desprovistos de sensibilidad humana atropellan a sus colaboradores a sus familias y a la sociedad que reduce su crecimiento declarado.
La dignidad no se compra ni se vende, la dignidad del ser no tiene precio porque no se remplaza, la dignidad es de seres humanos y esencia de tales. Quién atenta contra la dignidad del otro está dando al traste con la suya.
Es que suceden cosas todos los días… sorprendentes exabruptos que para una comunidad de trabajadores parecieran del común y no hay tal. Algunos jefes tienen el poder pero no el mando, con sus actos desprovistos de calidad en el trato humano pierden posibilidad de incluirse como líderes probos, le apuestan a acciones grotescas, atribuciones de poder y desconocimiento de derechos, interpretan a sus colaboradores en subgrupos humanos. Los estratifican por sugerencia del Estado algo que sólo se ve en una sociedad como la nuestra
Estas situaciones tan comunes y recurrentes en afección a la sociedad son producto de terquedades casi siempre añosas que se niegan a incluir como individuos pensantes a sus colaboradores sin importar su condición, ciudadanos del mundo, a quien deben mirar igual porque son iguales.
El mundo no se ha detenido, los comportamientos sociales transitan desposeídos cada vez de valores, quiénes sino los educadores y sus instituciones los dedicados a aligerar procesos, asociando avances de reconocimiento de la dignidad del ser y olvidarse de los viejos campos de concentración laboral casi esclavista en donde los peones asimilaban irracionales animales de carga. Estas últimas semanas he testimoniado esos vergonzantes pasajes en algunos colaboradores por parte de quienes enquistan sus decisiones en convicciones caducas que atentan contra la entereza y dignidad del ser.