De la honestidad
Cuando veo a uno de mis superiores haciendo algo que yo no haría, quizá sea porque sencillamente no han acumulado suficiente experiencia. Esa falta de experiencia no termina, incluso si el completo sea la muerte nadie lo sabe, pero preferir suicidarse antes de razonar sobre la esencia terrenal, convencido de actuar en consideración de salvador para algunos deprimidos es una estupidez.
Por ello el faltante, no puede ser esencia de ostentosas posiciones de desconocimiento de cualquier ley, no puede basarse en la inocencia de unos o la imbecilidad de otros. Por años y pareciera no sé hasta dónde, que quienes se topan con el poder buscan imponer antes que razonar, pierden respeto al no validar en libertad de pensamiento y sus discusiones vehementes culminan siendo inanes.
Los casos de Petro y el MIRA son una muestra de irracionalidad, pero más grave, que la genética imperfecta del hombre atenta contra sí, contra la institucionalidad y complica con infamias nacidas de sus propios verbos.
Comunidades y cerebros cerreros, han encontrado paliativos en Petros y MIRAS que les incluyen en sandeces. Que alguien más les diga, les insista que una cosa es ser pobre, creyente, incauto y otra bruto.
El procurador apegado a la ley no ha hecho más que interpretar y ejecutar. Ahora son los politiqueros que le huyen a la misma queriendo limar su poder. No es al hombre, es a la ley, hacerla tan flexible, que les permita manipular a su antojo.
Como integrantes de esta sociedad desde diversos oficios ejecutados con calidad y valentía, algunos superiores tienden a confundir y estimar con el mismo ojo necesitado, acciones contra sus congéneres, levitan, ufanan de su pasado y huyen a su pútrido futuro y mienten y se sienten santificados incluso en su infierno y que incluso es prestado.
Caminos a tomar, siempre hay salida; o se cocina agachándose y aceptando las barbaries del infierno y la segunda, más riesgosa, exige atención y aprendizaje continuo para enfrentar con dignidad algo que ni el propio diablo ha logrado franquear. La Honestidad.
Cuando alguien hace algo que no harías, sencillamente has acumulado experiencia al lado de la honestidad.