domingo, 20 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-03-04 08:56

Cuando de control y autocontrol se habla en las empresas solidarias

En los regímenes democráticos el Estado se caracteriza por permitir la libertad para que las empresas actúen de acuerdo a su naturaleza o dependiendo de la iniciativa que tomen quienes decidan impulsar sus negocios.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | marzo 04 de 2014

De ahí que en Colombia existen empresas estatales, mixtas, privadas o comerciales y las solidarias que siendo de iniciativa particular, se conforman a partir de los pequeños capitales quienes se asocian para constituir sus propias organizaciones. La Constitución Política de Colombia consagra como funciones del Estado el estímulo, la promoción, la protección y el control y la vigilancia entre ellas a las empresas de carácter solidarias. 

Es bastante el avance logrado, pero sigue siendo muy reactivo, disperso y sin reglas claras que diferencien los fines, los propósitos y las dinámicas como operan las empresas dependiendo la naturaleza a la cual pertenecen. Esta falta de claridad que se tiene al interior del Estado por sus funcionarios es lo que impide de un lado que se perfeccione el control, la inspección y la vigilancia, pero de otra parte que ésta no cercene u obstruya la autonomía, la independencia y el autocontrol que debe existir por parte los dueños de las empresas. Este análisis nos permite colocar sobre la mesa la problemática que se viene dando en la vigilancia y el control hacia organizaciones y empresas que sin ninguna autorización están en el mercado financiero captando y colocando recursos de crédito sin que el Estado intervenga con celeridad y prontitud para no dejar agrandar el problema. Fue lo que paso con las famosas Pirámides, con las cuales tumbaron a incautos en todo el país. 

Ahora se alerta por parte de los organismo de control y del Ministerio de Hacienda sobre casos de organizaciones que colocan créditos, venden la cartera, obligan a las personas que por el afán de obtener recursos firman sin darse cuenta que también compran planes de odontología y otro tipo de servicios aprovechándose de las necesidades de las personas. Se podría decir que la problemática es mayor y compleja y la solución no es nada fácil en este país. Se necesitan controles y sanciones para aquellos que infrinjan las normas en materia crediticia. Hoy en Colombia la actividad financiera está completamente regulada y no hay posibilidades para que todavía se siga realizando esta práctica a través de volantes, por internet y en oficinas que por sus características es fácil desaparecer sin dejar ningún rastro.  El control, la vigilancia y el autocontrol en las empresas también deben existir y así garantizar el equilibrio necesario en las empresas.

Otro aspecto a tener en cuenta y que merece otro espacio es el papel que deberían cumplir los organismos públicos de control en un Estado Social de Derecho, pero que este lejos de ser realidad por cuanto las leyes están a favor de las grandes empresas y que para el caso en mención al sector financiero, quienes son los mayores beneficiarios de la poca y menguada inclusión financiera. El riesgo de su capital colocado está garantizado por las medidas del gobierno y las altas tasas y la rentabilidad le permiten buenas ganancias.