domingo, 20 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2014-02-26 08:16

Cásese con la calidad

La calidad es una búsqueda permanente. Esto significa que el hombre es un ser perfectible, es decir, lo que hace bien, lo puede realizar mejor. Su personalidad exige una continua educación y formación.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 26 de 2014

La persona desde que es engendrada está predispuesta a un continuo crecimiento. De ahí la necesidad de un mejoramiento continuo. Hoy el mundo empresarial está empeñado en tener niveles altos de calidad. La producción no mira el producto, mira el talento humano que elabora el producto. Los japoneses nos han dado lección en esto. Su derrota en la segunda guerra mundial les dejó una lección enorme. Después del desastre de Nagasaki e Hiroshima se levantaron como el ave Fénix en la conquista del mundo. Sus productos en menos de tres décadas invadieron el mercado mundial. En buena parte desplazaron del mercado el posicionamiento de los productos norteamericanos o alemanes. El secreto, se casaron con la calidad. Entendieron  que la calidad es un proceso sin parar. Apuntaron al mejoramiento del talento humano antes que al producido de la empresa. La empresa es lo que son sus clientes internos, es decir, sus empleados. Un empleado comprometido, rinde el ciento por ciento. Somos un país triunfalista que cacarea calidad y en la práctica no llegamos a ser certificados. Hay mucho ruido y pocas nueces. Para llegar a la calidad y mantenerse en ella, es necesario mucha disciplina, mucha constancia y un permanente sacrificio. Aquí queremos pan y circo, pero de esfuerzo poco. Así, ¿Cuándo seremos competitivos?

Cuando un empleado es mercenario, es decir, que trabaja exclusivamente por el dinero, su voracidad nunca se sacia. Todo lo que recibe es poco. Vive insatisfecho. Esto ocurre en todos los niveles. Mientras no haya relación de pertenencia, nunca se harán las cosas bien. Mientras no se ame la empresa no se trabajará a gusto. Mientras la empresa no invierta en el talento humano, no se posicionará y entonces podrá salir del mercado.

Se ha hecho lugar común buscar la certificación de la empresa. Loables deseos. Lamentablemente, con alguna frecuencia, la certificación no se traduce en la eficiencia en el servicio. Los continuos controles, muestran que no hay conciencia de calidad. Cuando a usted lo tienen que monitorear permanentemente, usted no tiene calidad. Usted es un robot que hace cosas, pero usted no es persona. Usted no tiene conciencia. Usted tiene mentalidad de esclavo porque necesita tener al verdugo para que usted rinda. La calidad se percibe. Una persona de calidad es honesta, puntual, trasparente, estudiosa, de excelentes modales, en permanente progreso. Una persona de calidad tiene autoestima. Con quien primero se avergüenza cuando comete un error o tiene una no conformidad, es consigo mismo. Una persona de calidad se pone la camiseta de la empresa y la suda. No hay persona más nociva que aquella que vive criticándolo todo y no aporta nada. Hay personas que denigran de su empresa, pero viven de ella. Como quien dice: bravos con el cerdo, pero con la morcilla no. Son personas que se quejan por todo.  La mejor empresa certificadora es su conciencia y los demás verán los resultados.