Ambiente caldeado
En el preludio de las elecciones presidenciales siempre se caldea el ambiente, pero ahora, la fiebre preelectoral comienza a subir de manera manifiesta.
Por lo pronto, se avecina otro paro agrario. No parecen muy afortunadas las declaraciones de la semana pasada del Ministro del Interior que, en fallido intento de enervarlo, trató de atribuirlo a cuestiones políticas. Nada más contraproducente, con semejante quite no hace otra cosa que encenderlo más. Algo parecido le paso al Presidente de la República en el pasado, cuando subestimó la protesta y salió a decir que no pasaba nada. Más sensato el Vicepresidente de la República ahora, que recordó el viejo dicho del refranero popular, si el rio suena, es porque piedras lleva. Las protestas sociales no pueden minimizarse ni subestimarse; cuando la gente protesta, es por algo y generalmente tienen la razón. Es mejor tomar decisiones a tiempo, que después tener que tomarlas contra la pared.
La queja es que el Gobierno no ha cumplido con los acuerdos. El Vicepresidente ha replicado que los acuerdos son para cumplirlos, dando a entender que la protesta es razonable. Tremendo lío el del Gobierno, pues de los acuerdos incumplidos, dicen los líderes de la protesta social, son los que tienen que ver con la renegociación de los TLC, que el Gobierno no ha emprendido. No se observa cual pueda ser la salida del atolladero.