A corregir errores
No quedaría bien parado el país en el contexto internacional si en desarrollo de las elecciones presidenciales, que se adelantarán el próximo 25 de mayo en Colombia, tenemos que esperar más de una semana para conocer los resultados, como está sucediendo ahora.
Lo que hoy está pasando con los escrutinios de la jornada realizada el pasado domingo para elegir Congreso, es vergonzoso. Hoy se completa una semana y aún no conocemos el ciento por ciento de los resultados. Hoy muchos candidatos a Senado y Cámara de Representantes no saben si tienen o no curul y ni siquiera los partidos tienen claro el número de curules alcanzadas.
Pero además hay un cúmulo de quejas, reclamos y señalamientos por posibles fraudes en el desarrollo de la jornada, lo que empaña nuestra democracia, dejando ese manto de duda que en nada beneficia a los que finalmente reciban la credencial.
La Registraduría falló y sigue fallando, de eso no hay duda, por lo que es necesaria la implementación de todo tipo de controles que enderecen y faciliten un proceso que debe ser cristalino como el agua.
En las últimas horas se conoció que la Organización de Estados Americanos (OEA) anunció que enviará una misión de observadores a las elecciones presidenciales, hecho que corrobora las dudas y la posibilidad de fraude que ya se trasluce y que como vemos está llamado la atención de la comunidad internacional.
La misión estará encabezada por el expresidente costarricense José María Figueres Olsen, destacado estadista y líder, quien ocupó el primer cargo de Costa Rica entre 1994 y 1998, y actualmente se desempeña como codirector de la Comisión Global de los Océanos, creada en 2013 para luchar contra la degradación oceánica.
La misión supervisará, entre otros aspectos, la organización electoral, el uso de la tecnología y la financiación de las campañas de los candidatos para luego presentar un informe al Consejo Permanente de la OEA.
Recordemos que la OEA ya observó las elecciones legislativas y recomendó a las autoridades del país que estudien las causas de los altos niveles de abstención, entre otros aspectos que hasta el momento no han sido relevantes.
Que no nos pase dos veces. La imagen de la nación con una de las democracias más sólidas del continente no puede desmoronarse por la inoperancia de una dependencia o de unos cuantos funcionarios. El proceso de escrutinio para las presidenciales debe ser perfecto, sin tacha y sin demoras.