MICROSUEÑOS FATALES
Es preocupante el incremento de accidentes de tránsito que se están presentando en las vías del país, durante el presente año, donde diariamente los medios de comunicación nos informan sobre la gravedad de éstos, por las muertes, lesionados y daños materiales que afectan el bienestar de las familias colombianas. Según el Código Nacional de Tránsito, la conducción de un vehículo o una moto, se considera una actividad peligrosa y es importante que cada persona tenga conocimiento de algunos datos que lo harán reflexionar sobre la responsabilidad que tiene a la hora de manejar un vehículo y de transitar por la vía pública.
Se consideran que los accidentes de tránsito están entre las diez causas de muerte en todos momentos de vida de las personas. Y sobre todo que los jóvenes entre los 15 y 29 años, está la primera, superando enfermedades como el Sida o la Leucemia. Se estima que el 39% de los siniestros son ocasionados por vehículos y el resto por motos. Y la relación de 4 hombres por una mujer, se vuelve la constante en este país de los fallecimientos, por este motivo.
En la vía que conduce de Neiva a Bogotá, en jurisdicción del municipio de Aipe, se presentó un grave accidente de tránsito, en las horas de la madrugada del lunes anterior, donde fallecieron 2 personas y 16 heridos, cuando un bus de transporte intermunicipal, adscrito a la empresa Transyari con 24 pasajeros a bordo, que cubría la ruta Curillo-Florencia-Bogotá, se volcó. De acuerdo con las indagaciones preliminares adelantadas por las autoridades de tránsito, el siniestro se presentó por un presunto micro sueño del conductor, que provocó una desatención del conductor.
Es indispensable que las empresas transportadoras deben estructurar planes de contingencia, para que se eviten esta clase de accidentes, a través de relevos cuando las rutas son largas. Igualmente deben tener paradas cada 80 kilómetros como ocurre en otros países del mundo. Las fatalidades en accidentes de tránsito se han convertido en un problema de salud pública.
Ya es hora de que el país tome en serio las abultadas cifras de víctimas de los accidentes de tránsito, en virtud de que se han convertido en un verdadero problema de salud pública. Para empezar, nada justifica que 7.000 vidas se pierdan cada año por esta causa ni que, en el mismo periodo, más de 700.000 lesionados deban ser absorbidos por el sistema de salud, a sabiendas de que la mayoría pudo haberse evitado con medidas que empiezan por el sentido común y continúan con una política sólida de seguridad en las vías que, a juzgar por estos números, aún se muestra esquiva