Más le vale
Por Luis Humberto Tovar Trujillo
Hace algunas horas, a través de los canales institucionales de la Santa Sede, el Estado Vaticano, no cedió a los amigos de la autorización moral del matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Efectivamente rectificó, las publicaciones aparecidas en medios, donde daba cuenta de semejante atrocidad, como de autoría del Papa Francisco.
Esa aparente incoherencia publicada, que contraría los dictados de la concepción tradicional de la iglesia, precisamente porque va contra natura, no es permitida ni legal ni moralmente, por esa potísima razón, en consecuencia, se reitera la imposibilidad de aceptar el matrimonio entre parejas del mismo sexo, al menos dentro de los cánones del derecho canónico.
Otra es la posición de la iglesia, y así lo rectifica el nuevo comunicado, al entender que las anteriores publicaciones, fueron realizadas salidas de contexto, como le llaman ahora a la desinformación de avivatos de extrema izquierda, manipuladores de la información, para seguir involucrando a su santidad, dentro de esa ideología, por muchas de sus manifestaciones salidas de tono, poco solidarias con el hambre de muchos ciudadanos, por ideologías comunistas que invaden al mundo, especialmente a América Latina.
Su silencio sepulcral con el règimen de Venezuela, y el hambre que padece ese pueblo hermano, su misma nación, Argentina, donde durante su episcopado en su nación natal, siempre se opuso al regimen de izquierda de los Kirchner, pero ahora en su pontificado, comparte con su silencio la desgracia de ese pueblo también.
Volviendo al tema inicial, está bien la confirmación de la postura ideológica y moral por parte del Vaticano; eso no significa que, no se le reconozcan efectos civiles por parte del Estado a esas uniones non sanctas dentro del derecho natural, ya que existen algunas de las características esenciales propias del matrimonios de parejas normales, de diferente sexo, excepto la procreación en aquellos, elemento absolutamente fundamental, que brilla por su ausencia, para ser reconocido a plenitud como relacion matrimonial.
Menos aun la adopción, puede aceptarse de niños en parejas del mismo sexo, así sean reconocidas civilmente desde el punto de vista patrimonial por parte del Estado; hacerlo sería, la iniciación de un proceso formativo, desde el proceso de crecimiento mismo del menor, en condiciones absolutamente atrofiantes que generaría una confusión mental, ideológica y psíquica, generadora de conflictos, precisamente por ser contra el derecho natural.
Nada contra natura, habilita en términos psíquicos, humanos y menos morales. Quien crea que montando esquemas contra la naturaleza humana, que es creación superior, que le llamamos Dios para la gran mayoría, es generador de irracionales derechos hacia el futuro; el ser humano es titular de derechos y obligaciones, y entre ellas, el respeto al derecho natural, cuna de la sabiduría humana y moral.