La Ruta 45 sin debates
Por: Jorge Tito Murcia
Nos hemos acostumbrado desde hace rato, a que nuestros dirigentes siempre son y han sido inferiores al reto de defender la sociedad, más, cuando de por medio podría haber expresiones de tipo económico, contractual, burocrático etc. Todo este libreto, lo hemos venido denunciando desde hace varios años y hoy, parece, que por fin se toca fondo con todas las denuncias que el Huila ha tenido que soportar frente a macabras expresiones de como golpear, burlar, maltratar y asaltar a la gente sin que pase nada, porque simplemente nuestra dirigencia local, regional y nacional, pareciera que las hubieran callado de alguna manera. En estos casos, es necesaria la protesta, como la que se pretendió realizar en timaná, por los afectados de la ruta 45, que deberíamos entender somos 1.200.000 mil huilenses.
Pensaría un ciudadano del Huila, que la protesta es más que justa; tenemos que disentir y tenemos que pronunciarnos en voz alta frente a los desmanes cometidos por estos barbaros de la ANI. El derecho a disentir es lo propio de las sociedades democráticas. La protesta es el ejercicio activo de la libertad de expresión, eso lo han planteado muchos conocedores y estudiosos del tema. “Vamos a portarnos mal” ¿Por qué hablar de mal comportamiento si se trata del ejercicio del derecho a expresar lo que no se escucha por otras vías? Y en el Huila, después de 5 años, parece, no se ha querido escuchar a la ciudadanía afectada por el mal estado de la vía y por la ineficiencia de un Estado y 2 Gobiernos.
Protestar es un asunto de mala educación política para los poderosos: interfieren la movilidad, entorpecen el paisaje, ensucian la vida pública. Eso es lo que molesta, no nuestras peticiones. A esto habría que agregar, como lo entona algún grupo musical, que la protesta calma la injusticia, la impotencia del ciudadano que no se siente escuchado: “el desorden es tu penicilina, brincando curas los dolores sin aspirina”. Nada más aplicable hoy que esa canción y el grito de rebeldía sincero que hay contra nuestros gobernantes, nuestros dirigentes y contra los bellacos de la ANI, que nos tienen viviendo en la “tierra del olvido” y que deberíamos pronunciar hasta desgarrar nuestros pulmones.
Habíamos escrito que, si la ANI y los gobernantes no establecían compromisos claros y ciertos, habría una alta conflictividad social producto de las muertes, accidentes, riesgos, desigualdades y derechos vulnerados a los Huilenses, putumayenses y al Sur Colombiano, por el pésimo estado de esta ruta 45. El quietismo, la pasividad, los intereses particulares de nuestros dirigentes y la sobrada negligencia de los gobernantes y los propios congresistas del Huila, que prometieron debates que jamás se han hecho, que se acomodan al gobierno cada vez que hace uno, dos o hasta siete anuncios sin que pase nada, nos dejan huérfanos en la defensa de los intereses de un Departamento. La protesta es un indicador de la capacidad de procesamiento institucional de las demandas de la población o de alguno de sus sectores, en eso el Gobierno Nacional, Departamental y local, nunca han tenido la capacidad para procesar los justos reclamos de las gentes afectadas. Ahora que parece podría avizorar un posible “acuerdo” con la posible cesión de este contrato, es bueno recordar que, si esto no se cumple, tocará, como dice la canción de Calle 13 “Portarnos mal, pero con dignidad”. ¡Ojalá cumplan los mentirosos de la ANI, aunque creo que no va a ser así! Nos vemos el 18 de noviembre en el Valle de Laboyos en la tal “audiencia pública” de la ruta 45.