La reñida elección en Estados Unidos
Por Ernesto Cardoso Camacho
Conocidos los escrutinios que hasta hoy viernes 6 se han informado por los medios de comunicación, es evidente que por los resultados en los 5 estados considerados como pendulares, es decir en los cuales las mayorías han sido cambiantes entre Demócratas y Republicanos, la probabilidad más cierta de que sea ungido como nuevo presidente, claramente se inclina hacia JOE BIDEN.
No obstante, también se ha conocido que ante los serios indicios recogidos por la campaña de Trump en el sentido que pudieron existir graves irregularidades en el conteo de los votos, especialmente de los emitidos por correo en esos y otros estados, existe la probabilidad de que tales resultados sean impugnados y así se congele la decisión que debería adoptar el Colegio Electoral, aunque BIDEN logre acumular en esa instancia el número exigido de los 270 delegados.
En este aspecto es necesario tener en cuenta que la candidatura de Trump ha sido duramente censurada por los principales medios de comunicación en los Estados Unidos y esa censura se ha replicado fuera de sus fronteras; al punto que la información siempre ha sido sesgada y llegó a su culmen cuando ayer jueves le cortaron abruptamente su rueda de prensa, con la disculpa de que estaba haciendo afirmaciones de fraude sin los soportes probatorios necesarios.
Por otra parte, hay un elemento fundamental que ha jugado en el resultado hasta ahora conocido de la elección. Se trata de la consolidación del liderazgo de Trump en el escenario de la política norteamericana, pues su candidatura a la reelección no tuvo el respaldo de la élite republicana liderada por los Busch, padre e hijo; ambos expresidentes y otros destacados dirigentes históricos de ese partido. Además, contó siempre con la cerrada oposición de los principales medios de comunicación como el Times y el Washington Post, y las cadenas de televisión CNN, UNIVISIÓN, entre otros.
Pero quizás el elemento social y político más trascendente que tenía en contra es sin duda alguna el tema de la pandemia con sus millones de infectados y más de 180 mil fallecidos por el Covid-19, circunstancia que fue tenazmente atacada por los demócratas con la resonancia en los medios atrás mencionados. Curiosamente ya se sabe que en algunos de los estados en los cuales dicha pandemia fue muy significativa en contagios y muertes, Trump logró resultados favorables a su aspiración.
En relación con los indicios sobre eventual fraude electoral auspiciado por los demócratas, hay un hecho relevante y este consiste en que, en algunos de los estados en disputa, el conteo de votos ha sido suspendido por horas sin mayor justificación. Además, el hecho de que el líder del equipo de abogados que actúa en representación de la campaña de Trump sea el exalcalde de New York Rudolph Giuliani, respetable figura que goza de prestigio ante la opinión interna y externa de la nación americana.
En conclusión, el camino por recorrer es aún incierto dada la enorme complejidad del sistema electoral. Mientras tanto, es evidente que la confrontación política ha sido intensa por los extremismos de ambas colectividades históricas que desvelan el desgaste de una de las democracias más estables del mundo occidental.
Lo que sí es indudable es que la decisión final tiene en vela a todas las naciones del mundo pues no ha sido vana la enorme influencia que sobre ellas ha ejercido la democracia del imperio y existen sustanciales diferencias entre lo que representan para la aldea global Trump y Biden.