La encrucijada fiscal de Neiva
Por Juan Carlos Ramón Rueda
Neiva ha ejecutado más del 80% de su presupuesto de gasto de funcionamiento a 30 de septiembre. En cambio, ha recaudado 83% menos que en el mismo periodo del año anterior en ingresos tributarios. Esto es muy grave en términos de finanzas públicas porque limita todos los planes para los próximos años. A cierre del tercer trimestre la cruda realidad es esta: Persiste el déficit de recaudo en cerca de 18 mil millones de pesos en ingresos tributarios que originan los ingresos propios para el funcionamiento, la nómina y pagar la deuda del municipio. En solo predial y sobre tasa a la gasolina, el déficit esta en cerca de 6 mil millones. En Industria y Comercio ni hablar. Aunque se había presentado un repunte a 30 de julio, este se debió a los vencimientos para pago con descuentos. Ese filtro ya pasó y ahora quedan las cifras reales que difícilmente se van a modificar en el último trimestre.
Hay una situación que en mi parecer es más grave aún. El recaudo de impuesto de industria y comercio depende de la dinámica del año inmediatamente anterior. El comerciante calcula su pago sobre las ventas netas y resulta que este año la gente debió pagar este impuesto sobre las ventas de 2019. En el año 2021 la liquidación se hará sobre las ventas reales que se hayan efectuado en el 2020 y todos sabemos cuál es la situación que viven este año los empresarios con negocios cerrados y muchos quebrados. Es decir, el recaudo de los años 2021 y 2022 es totalmente incierto y será inevitable una reducción en las previsiones del Marco Fiscal de Mediano Plazo en al menos un 20% menos de ingreso al previsto. De otro lado, no se ha conocido ninguna medida de restricción al gasto público y este año faltan causar las nóminas del último trimestre y el reajuste salarial para toda la planta de personal no se ha hecho. Esto se advirtió y se dijo, pero aún así se aprobó plan de desarrollo y presupuesto con estas premisas.
Los decretos presidenciales previendo esta hecatombe flexibilizaron algunos raseros, pero estos se vuelven a acomodar tal y como venían para el año 2022. Si le sumamos que quieren hacer un crédito por 60 mil millones amparados en el Covid y que la inversión se dilapida en contratos de prestación de servicios, la ciudad no va a avanzar sino en redes sociales.