lunes, 21 de julio de 2025
Huilenses en el Mundo/ Creado el: 2014-01-11 12:57

“Mis padres siempre me motivaron a buscar nuevos horizontes”

En Potosí (Bolivia), la tercera ciudad más alta del mundo, reside Javier España Trujillo, nacido en La Plata. Desde 2009, este ingeniero comercial, es el gerente general de C.I. Macedonia SRL, empresa dedicada a la actividad minera, que se encuentra dentro de las tres primeras compañías más importantes de metales preciosos de ese país.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | enero 11 de 2014

Javier España Trujillo se ha hecho experto en su profesión, equivocándose. Este ingeniero comercial, nacido en La Plata (Huila), ha sabido ver en positivo cada experiencia negativa que ha afrontado, en la búsqueda de un proyecto de vida que le permitiera adquirir la independencia económica con la que siempre había soñado. En otras palabras: “quería ser su propio jefe”. Y lo ha conseguido. Actualmente, es el gerente general de una las empresas mineras más importantes de Bolivia, donde reside desde 2009.

Las compañías de inversión colombiana, Macedonia SRL y Origen Company, gerenciadas por este opita de 40 años, han conseguido posicionarse pese a las múltiples dificultades y trabas que las leyes bolivianas imponen a las empresas extranjeras. “Esta situación impide una competencia en igualdad de condiciones y a veces sientes como si estuvieras en una carrera de obstáculos”. 

Afortunadamente, además de un espíritu  inquieto y una actitud entusiasta, España es una persona perseverante. Por eso, la suya, ha sido una historia de tenacidad. “Cuando me gradué en ingeniería comercial, en el Politécnico Santafé de Bogotá, era una carrera prácticamente desconocida. Además, en esa época las empresas en Colombia no estaban tan familiarizadas con el comercio exterior, por lo que proponerles o asesorarles en ámbitos como la exportación parecía más un cuento chino, especialmente en el Huila”, recuerda.

Buscando su lugar profesional

El comercio exterior es la actividad que apasiona a Javier. Lo supo en el tercer año de carrera cuando empezaron a recorrer puertos, aeropuertos, zonas francas y fronteras colombianas. “En ese momento, el énfasis de las materias fueron los negocios internacionales. Nos enseñaron temas como la creación de empresas importadoras y exportadoras o cómo se realizaban los estudios de mercados para invertir en el extranjero. A medida que iban transcurriendo las clases yo iba teniendo la certeza de que había encontrado mi lugar profesional”, cuenta, mientras esboza una gran sonrisa al recordar que empezó a estudiar ingeniería comercial para que su padre “dejara de darle la cantaleta”.

Don Lunio, viendo que el muchacho no terminaba de decidir qué hacer con su vida tras graduarse del bachillerato, le advirtió que debía evitar la vagancia y aprovechar la oportunidad que él, y doña Resfa, su madre, le ofrecían de seguir estudiando. “Ellos siempre nos animaron a mi hermana y a mí para que buscáramos nuevos horizontes, para que no nos conformáramos. Creo que una parte importante de mi gusto por viajar y conocer otros lugares viene de ese impulso, de ese apoyo”.

Sin perder de vista aquella contundente advertencia, Javier se encontró un anuncio en el periódico donde una universidad ofrecía la posibilidad de realizar negocios internacionales. Esto le llamó la atención e inmediatamente se lo comentó a sus padres.

No fue fácil abrirse un espacio, pero no dejó de intentarlo. Tras la graduación en 1999, realizó una serie de cursos de formación en diferentes ámbitos en los cuales hizo varios e interesantes contactos que le fueron llevando poco a poco al sector al que le dedica buena parte de su tiempo: la minería.

Vena empresarial

“Siempre he estado muy relacionado con el agro y la ganadería, por lo que las primeras puertas que toqué fueron estas, concretamente las pequeñas y medianas empresas (pymes) -cafeteras o arroceras- que eran las que empezaban a buscar la forma de expandir sus fronteras”.

Javier ofrecía su asesoría sin retribución económica, sólo con el ánimo de adquirir experiencia. Fue así como se abrió la primera puerta, la de don Aurelio Garzón un productor cafetero huilense. “En la búsqueda de nuevos mercados encontramos compradores en Francia. Vendimos una tonelada de café”. Aunque fue una exportación pequeña, la experiencia fue invaluable. “Esto me sirvió para darme cuenta de lo que era capaz de hacer”.

Después se unió a unos amigos para empezar a vender el cuero de las reses a una curtiembre en Ambato, en Ecuador. Contactaron al propietario de la tenería, quien se comprometió a comprarles toda la carga que llevaran.

Un 23 de diciembre de 2004, Javier y compañía emprendieron el camino hacia Ambato percatándose de que la carga empezaba a expeler un olor insoportable. “Nunca había sentido un hedor tan horrible en mi vida”, cuenta. Cuando llegaron a Ipiales, la policía les impidió el paso de la frontera hasta que realizaran un proceso de salado que evitara que las pieles siguieran pudriéndose.

“Recuerdo que era  un 28 de diciembre y nosotros tuvimos que pasar el año salando esas pieles”. Pero la sal no surtió efecto y ocho días de camino después, la carga había llegado dañada. Perdieron el negocio, pero según Javier lo positivo fue que “nos dimos cuenta de que los negocios tienen su razón de ser”. Con el segundo intento no sólo todo mejoró, sino que además pudieron recuperar las pérdidas del primer viaje. Sin embargo este negocio no duró mucho tiempo, pues entró en vigencia en Ecuador la dolarización y los márgenes de ganancia no compensaban el esfuerzo de los jóvenes empresarios.

En la búsqueda de nuevos proyectos laborales y aprovechando las incipientes nuevas tecnologías, España publicó un anuncio en internet ofreciendo sus servicios de asesoría para las empresas que buscaran expandirse comercialmente. Así conoció a Jesús Calle, un minero paisa, que explotaba 16 minas auríferas en Chocó y Cauca. “Gracias a este trabajo supe del funcionamiento básico de las minas, los tipos de minas que hay, las clases de extracción, etc.”

Simultáneamente tenía que afrontar las trabajas burocráticas en Colombia que le permitieran a Calle empezar a exportar. Luego de seis meses y con los objetivos conseguidos llegaron las propuestas de otras asesorías similares con otros mineros del país. “Esto me permitió conocer el funcionamiento y la legislación del sector minero en otras regiones como África y Suramérica, lo que me dio una experiencia importante”.

Lastimosamente el conflicto armado colombiano le hizo pensar en salir del país en búsqueda de otras opciones de inversión. Una de esas alternativas estaba en Bolivia, donde el rubro más importante, después de los hidrocarburos, es la minería. Sin embargo, ésta se realiza todavía en condiciones muy artesanales. “Este es un país con una inmensas opciones de crecimiento en el que todavía hay mucho por hacer”.

En la búsqueda de esas opciones, además de comerciar con metales preciosos en CI Macedonia SRL, han creado la empresa Origen Company, a través de la cual han iniciado la exportación de joyería de alta gama a Estados Unidos y Europa. “Estamos siendo pioneros en este rubro”, asegura.

Tras un momento de silencio, entre la emoción y el entusiasmo, Javier España recuerda nuevamente que el camino que lo ha llevado hacia la satisfacción profesional, se parece mucho al Camino a los Yungas, también conocido como “de la Muerte”, que une la ciudad de La Paz y la región andina, al noroccidente. Está labrada en la roca, es estrecha y sinuosa, con cientos de recodos y curvas cerradas, que bordean el precipicio. Todo esto a más de 3.600 kilómetros de altura. “Ante un panorama tan peligroso muchos pensarían que es mejor devolverse. Yo pienso que es mejor atreverse. No sabré bien cómo va a salir, pero lo habré intentado”.

 A través de la empresa Origen Company, también bajo la gerencia de Javier España, se ha iniciado la exportación de joyería de alta gama a Estados Unidos y Europa.

 “Ante un panorama tan peligroso muchos pensarían que es mejor devolverse. Yo pienso que es mejor atreverse. No sabré bien cómo va a salir, pero lo habré intentado.

 

Por: Diana Manrique Horta y