“Mi madre es mi heroína”
John Jader Motta Nieto (Pitalito, 1979) está haciendo realidad uno de sus sueños: vivir en París. Este diseñador gráfico, Magíster en Creación, Innovación e Información Digital, en la Universidad de París 8, es actualmente candidato a doctor y catedrático en la misma institución.

Cada vez que el laboyano John Jader Motta Nieto recorre el río Sena, recuerda que está viviendo su sueño, uno, del que han formado parte personas claves, cuyo apoyo y confianza han sido determinantes. La principal de ellas: doña Cleotilde, su madre.
Toda persona que conozca a John en Pitalito –donde nació y creció-; en Popayán –donde estudió su carrera universitaria- o en París –donde llegó hace seis años para realizar estudios de postgrado-, sabe que ella es su heroína.
“Ninguna de mis alegrías personales, profesionales y laborales serían posibles si mi mamá no hubiera creído todo lo que ha creído en mí. Ella es la artífice de mi felicidad”, afirma este diseñador gráfico de 34 años, magíster en creación, innovación e información digital, de la Universidad de París 8, quien además es candidato a doctor y catedrático en la misma entidad.
Su carácter dinámico y un profundo compromiso con las instituciones donde ha estudiado, le han permitido a John formar parte de interesantes proyectos e iniciativas, primero en la Universidad del Cauca, donde realizó sus estudios de pregrado y ahora en la Universidad de París 8 donde ha adelantado los de postgrado.
Precisamente, gracias a su gestión y liderazgo hace un mes, el programa de diseño gráfico de la Facultad de Artes de la Universidad del Cauca y la Cátedra ITEN de la Fundación Casa de Ciencias del Hombre (organismo público dependiente del Ministerio de Educación Superior e Investigación de Francia, adscrito a la Universidad de París 8), han firmado un convenio que permitirá profundizar en los nuevos usos de la investigación digital y los medios electrónicos en el ámbito cultural, científico y educativo.
“Los franceses están comprendiendo, cada vez más, que hay otras partes del mundo donde también se está produciendo conocimiento. Uno de esos lugares es, sin lugar a dudas, Colombia. Por eso, la Unicauca aportará en este convenio la parte teórica, que es uno de sus fuertes, y la Fundación, la parte práctica, en lo que son sumamente potentes”, explica.
Demostrando su potencial
Uno de los primeros contactos que tuvo John con el país galo fue a través de la Alianza Francesa, con la que la Universidad del Cauca tenía un convenio. Allí empezó a estudiar el idioma y a conocer a varios ciudadanos de este país que poco a poco fueron animándole a dar el salto.
“Una mañana me desperté pensando que había llegado la hora de salir a ver el mundo”. Como siguiendo una especie de libreto vital empezó a hacer todo el papeleo que le llevaría hasta parís. Él lo hizo a través de “Au Pair”, un programa de intercambio que le permitía vivir durante seis meses con una familia francesa, para aprender o mejorar el idioma, a cambio de colaborar en las labores de la casa.
Sólo hasta cuando supo que la familia Deschamps se había interesado en él se lo comunicó a su familia. La noticia no tomó por sorpresa a su madre quien hacía tiempo había comprendido que John siempre iba a ir en la búsqueda de nuevas y mejores experiencias. “Desde muy pequeños, ella nos animó a que estudiáramos, a que siguiéramos adelante y esto ha sido un aliciente para mí”.
A finales del invierno de 2007, ilusionado y expectante, John aterrizó en Francia. Desde entonces, asegura, todo lo que le ha sucedido ha sido maravilloso. Los Deschamps se han convertido en una nueva familia para él. “La empatía fue inmediata. Me trataron muy bien y me acogieron con cariño desde el primer día hasta hoy”, afirma. Tal ha sido el afecto construido en este tiempo que sigue viviendo con ellos, aunque ahora les paga el alquiler de un estudio al lado de su casa.
Simultáneamente con el aprendizaje del francés, Motta empezó a cursar el Máster en Creación y Edición Digital. “Lo que más me gustaba era saber que el énfasis estaba en el desarrollo web, una de mis pasiones”. De hecho, en este ámbito ya había estado trabajando en la Unicauca, incluso antes de que recibiera el título. Trabajó como diseñador gráfico de planta de dicha institución durante tres años.
“Cuando empecé a estudiar pensé que debía demostrar que el conocimiento latinoamericano vale y que a ese nivel estamos muy bien –comenta-. Rápidamente ingresé en un nivel de discurso alto, poniendo en valor los aportes que países como Colombia vienen realizando en el ámbito del diseño gráfico y en el manejo de las nuevas tecnologías, por ejemplo”.
Esto hizo que Ghislaine Azémard, directora del máster se fijara en su potencial y empezara a brindarle la oportunidad de involucrarse en otras iniciativas. Por ejemplo, le invitó a hacer una pasantía en la plataforma digital del Ministerio de Cultura de Francia. Además, le animó a ingresar al doctorado en Ciencias de la Información y la Comunicación, el cual realiza en este momento.
Con el título “El rol de las tecnologías de la Información y la comunicación en las mutaciones del sujeto”, este doctorando está tratando de analizar cómo se construye la “identidad” a partir de las nuevas tecnologías.
Experiencias que ayudan a crecer
Hijo de padres separados, John creció al lado de su madre y Lina, su hermana, en el seno de una familia numerosa, la de su abuela materna. En su vieja casona convivían poco más de una decena de tíos y de una veintena de primos.
La búsqueda permanente de los mejores centros educativos de Pitalito, por parte de su madre, hizo que el muchacho estudiara la primaria en diferentes colegios, uno siempre mejor que otro. Empezó la secundaria en la Institución Educativa Municipal Nacional de Bachillerato y la terminó en el Colegio Departamental Mixto.
Su paso por esta última institución se convirtió en una de sus mejores experiencias. Estudiar ahí despertó una faceta inquieta y curiosa que lo fue encaminando hacia la realización de diferentes actividades, varias de ellas emprendidas bajo su liderazgo. Por ejemplo, junto a otros compañeros, crearon el periódico del colegio, “El gobierno estudiantil” –que no existía- y realizaron diferentes excursiones científicas dentro del departamento del Huila.
Apasionado de los computadores y las nuevas tecnologías, John soñaba con convertirse en ingeniero electrónico. Sin embargo hoy no cambia por nada el crecimiento profesional y laboral que el diseño gráfico le ha concedido. Lo expresa con la conformidad de una persona cuyo trabajo impecable y aporte creativo le está permitiendo generar conocimiento en un ámbito de suma actualidad a casi 8.000 kilómetros de distancia.
“Los franceses están comprendiendo, cada vez más, que hay otras partes del mundo donde también se está produciendo conocimiento. Uno de esos lugares es Colombia”.
Toda persona que conozca a John en Pitalito –donde nació y creció-; en Popayán –donde estudió su carrera universitaria- o en París –donde llegó hace seis años para realizar estudios de postgrado-, sabe que ella es su heroína.
Por: Diana Manrique Horta y