sábado, 19 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2020-10-20 03:17

EN MANOS DE LA DELINCUENCIA

Escrito por: Redacción Diario del Huila | octubre 20 de 2020

Los permanentes hechos de inseguridad ciudadana que se han venido presentando en la ciudad de Neiva, están exacerbando los ánimos de la sociedad neivana, que se siente impotente por el accionar violento de estas bandas delincuenciales que tienen azotada su tranquilidad. Los más recientes casos de inseguridad en la capital del departamento en los últimos 8 días fueron asesinados a dos ilustres ciudadanos. La primera víctima, Jhon Richard Castro Lozano, propietario del restaurante-bar Gran Estación, que fue atracado en el momento que estaba cerrando su local, cuando dos delincuentes llegaron en motocicleta para hurtarle su producido.

Igualmente, otro hecho luctuoso para la ciudadanía ciudadana es el asesinato de Edwin Mauricio Cruz Calderón, en la zona sur de la ciudad, en medio de un asalto por hurtarle una cuantiosa cantidad de dinero, para cancelarle la nómina de varios obreros. De acuerdo con el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, durante el periodo enero-agosto, en Neiva se presentaron 46 homicidios, mientras que a nivel nacional se registraron 6.789.

Hay que reconocerle a la Fuerza Pública y al Ejército Nacional que ha propinado grandes golpes en el desmantelamiento de algunas organizaciones criminales. El Sector gremial ha invitado al Ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo para que participe en una reunión con el fin de dialogar sobre la situación de inseguridad que vive la ciudad de Neiva.

La lucha contra la delincuencia organizada debe ser una labor diaria y constante. Esta debe ser un esfuerzo permanente de la actual administración de Neiva, acompañada de todos los gremios económicos, organizaciones comunitarias, rama judicial, aparato armado del Estado y de todos los demás actores comprometidos con la búsqueda de la tranquilidad de la sociedad neivana. Pero, como lo decíamos recientemente en esta tribuna, el hurto callejero, el asalto y el atraco a mano armada son el rasero con el que se mide la efectividad de un gobierno en esta materia.

El reto para las autoridades es optimizar al máximo los recursos que son escasos, menores de lo que señalan los estándares internacionales en cuanto a pie de fuerza; desarrollar estrategias innovadoras, como el replanteamiento del modelo por cuadrantes y, ante todo, el trabajo en equipo. A los anteriores se suma un desafío enorme en el frente social y que pasa como una crisis económica puede llevar a muchas personas a verse atraídas por los delincuentes. Son necesarias, entonces, estrategias de política social para evitar que la creciente población en riesgo termine engrosando las filas de la criminalidad, porque encuentran los incentivos, para dar un paso en un contexto como el nuestro suele, ser irreversible.