El culto a la juventud
Froilán Casas
Obispo de Neiva
¡Qué bobada! La gran mayoría de personas de cierta edad, quiere ser joven, mejor, eternamente joven. ¿Por qué idolatrar o absolutizar una etapa de la vida? La mejor edad es la que tú tienes: la pasada, ya pasó y la futura no ha llegado. Por favor, vive el presente intensamente, no saques el paraguas antes de que llueva. Cada etapa de la vida tiene sus copas dulces y sus tragos amargos: asúmelos con entereza de carácter, con reciedumbre de espíritu, con grande humildad. No seas iluso, vive el día de hoy con gran amor y sirve con alegría: lo que tú siembras hoy, eso cosecharás mañana. La pena del ayer y el miedo del mañana, son dos ladrones que nos roban el hoy. No te lamentes por envejecer, es un privilegio negado a muchos. Agradécele a Dios este momento histórico que te ha regalado, vívelo intensamente con responsabilidad. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, empieza ya. No busques excusas para esconder tu incapacidad y tu pereza. Que tus errores no te destruyan, aprende de ellos y deja de ser presumido, tú no eres la divina perfección andando. Un tropezón puede prevenir una caída. Aprende del pasado, vive el presente y trabaja para el futuro. No entiendo suficientemente pero, la buena vida cansa y la mala amansa; el ser humano es tan soberbio que sólo aprende a punta de derrotas, -bueno, hay algunos que nunca dan su brazo a torcer y mueren en su ley-. El hombre inteligente aprende más de los errores que de los aciertos. La vida está llena de altibajos, quienes son constantes en la tarea emprendida, son quienes los superan. No olvides que, si pudieras borrar todos los errores del pasado, estarías borrando toda la sabiduría del presente. Así es, las caídas son la mejor escuela de aprendizaje. Infortunadamente hay gente tan terca que nunca aprende y vive de caída en caída. Con frecuencia el orgullo obnubila la inteligencia. Si vives hablando de lo que hiciste ayer, es que no has hecho gran cosa hoy. Cuídate del orgullo: el orgullo es el único veneno que te puede intoxicar si no te lo tragas. Por favor joven, no te engrías por tu juventud, ella pasa muy rápido y si no la sabes vivir con inteligencia, mañana la pagarás caro y con creces. Hay jóvenes atrevidos que no respetan a los mayores, olvidando que gracias a ellos pueden disfrutar hoy de los que trabajaron ayer. A fines del siglo diecinueve, iba un joven junto a un anciano venerable en el tren que iba de París a Lyon; este adulto mayor iba leyendo la Biblia: el joven con cierto donaire y altivez, le dice: -¿para qué pierdes el tiempo leyendo tantas fábulas? Si quieres te regalo un libro para que conozcas las ciencias. –Gracias, por favor, envíamelo a esta dirección, entregándole una pequeña tarjeta de presentación: LOUIS PASTEUR, INSTITUTO DE CIENCIAS NATURALES, PARIS 95. ¡Ah! Es que la ignorancia es atrevida. ¡Ah, quien no ha visto a Dios, al verlo se asusta! La humildad es la gran virtud de los sabios, ¿cuándo la aprenderemos?