Democracia. Bendita seas
Por Julio Bahamon
La política no da tregua. A ese bicho que a muchos nos picó en el pasado, y a otros en el presente, nunca se le ha conocido una actividad pausada, sino totalmente beligerante. Por estos días ya comenzaron a aparecer cifras y porcentajes de preferencias alrededor de quienes pretenden colocar sus nombres al escrutinio público. Me parece oportuno entonces, y a mi modo de ver cobra actualidad en Colombia por la importancia que reviste, dar a conocer apartes de un discurso que pronunció Winston Churchill ante la Cámara de los Comunes en el año de 1.944 con motivo de la preocupación que genero la orden de contener la avalancha de los ejércitos de Liberación Nacional de clara ideología comunista en Grecia que amenazaba su condición de nación libre y soberana. El señor Churchill expreso lo siguiente: “uno puede hacer hincapié en ella por un momento, de quienes son los amigos de la democracia y también de como se ha de interpretar la palabra democracia. La idea que se tiene es que el hombre común, sencillo y humilde acude a las urnas cuando corresponde y marca con una cruz la papeleta para indicar el candidato que elija en el parlamento. Él es la base de la democracia y es fundamentalmente la base para que ese hombre o mujer puedan actuar sin temor, sin ninguna forma de intimidación ni discriminación. El hace una marca en la papeleta en secreto y después se reúnen los representantes elegidos para decidir juntos el gobierno, o forma de gobierno que quieren tener en su país. Si eso es democracia le rindo homenaje, la defiendo, luchare por ella. Yo me mantengo sobre la base de las elecciones libres soportadas en el sufragio universal y eso es lo que consideramos cimiento de la democracia. Pero no opino lo mismo de una democracia engañosa, una democracia que se define porque es de izquierda. No admito que un partido o un equipo se llame demócrata porque se estira cada vez hacia las formas más extremas de revolución. No acepto que un partido represente necesariamente la democracia porque se vuelve cada vez más violento a medida que se vuelve menos numeroso, Hay que tener respeto por la democracia y no usar el termino con demasiada ligereza. Lo que menos se parece a la democracia es la ley de la calle, con bandas de depredadores provistas de armas mortales que imponen su voluntad en las ciudades, se apoderan de las comisarias, y los puntos clave del gobierno intentando y clamando por un régimen totalitario con mano de hierro como pueden hacer ahora si obtienen el poder. La democracia no se basa en la violencia, ni en el terrorismo sino en la razón, en el juego limpio, en la libertad, en respetar las ideas de los demás. Yo confío en el pueblo, en la masa de la gente, en casi todos los países, pero quiero asegurarme de que se trata del pueblo y no de una pandilla de bandidos que piensan que con la violencia pueden derrocar a una autoridad constituida, en algunos casos antiguos parlamentos, gobiernos y Estados” Luego de leer la disertación del Primer ministro Ingles, y si nos atenemos a lo que podría suceder en nuestro país, muchos coincidimos en que esa misma preocupación es la que ha expresado el expresidente Álvaro Uribe cuando le dice a los colombianos “que le intranquiliza el 22”. Para un buen entendedor, pocas palabras bastan.