Crítica constructiva a los medios
por Ernesto Cardoso Camacho
Puede parecer un poco extraño que un columnista de medio periodístico impreso y digital como este, haga reflexiones críticas pero constructivas en general a todos los medios de comunicación y desde luego a sus periodistas.
Ello también incluye a los medios radiales, revistas, semanarios y a los modernos portales de noticias que hoy inundan la internet.
La realidad mediática que hoy vive la humanidad viene siendo seriamente amenazada por las redes sociales como Twiter; Facebook; Instagram; entre otras, las cuales por su inmediatez y facilidad para comunicar hechos y realizar comentarios , alcanza cada vez más usuarios y seguidores; mientras que los tradicionales como periódicos, revistas, inclusive los noticieros de los canales de televisión, llegan siempre tarde y cuando generalmente los acontecimientos han sido desbordados o desplazados por otros, perdiéndose así la característica de la inmediatez.
Desde hace algunos años se viene analizando por los expertos este nuevo fenómeno social que va de la mano con los acelerados cambios que la dinámica vertiginosa de las nuevas tecnologías y de la evolución del ser humano que, en sus nuevas generaciones es ansiosa, impaciente y dominada por la inmediatez.
En el fondo de este fenómeno la víctima viene siendo la verdad histórica que siempre deberá ser ajena a las ideologías y a los intereses económicos de quienes difunden o comentan las noticias. Así mismo, la credibilidad como elemento indispensable para merecer la confianza de tales medios ha desaparecido casi por completo, razón por la cual, la tendencia está girando a que cada ideología; partido político; o grupo de interés de cualquier naturaleza, compra o constituye su propio baluarte informativo el cual comunica “su verdad ” a quienes son sus seguidores o potenciales clientes.
En este panorama se explica por ejemplo lo que viene ocurriendo con la divulgación de los resultados electorales en los Estados Unidos, donde las grandes cadenas de televisión y los principales medios escritos han proyectado un holgado y contundente triunfo de Biden sobre Trump, al tiempo que los portales divulgados a través de las redes sociales, niegan tales proyecciones y anuncian presuntas pruebas sobre el fraude tecnológico atribuido a los demócratas patrocinados por el movimiento de los globalistas impulsado por Soros y otros jugadores del capitalismo financiero.
Una vez se surtan los procesos judiciales sobre la legitimidad del sistema electoral, hecho que debería ocurrir antes del 8 de diciembre, cuando cada estado certifique oficialmente los resultados de cómo queda conformado el Colegio Electoral, se sabrá con certeza el número de delegados que corresponde a cada uno y en consecuencia quien sería el ganador. Mientras tanto, se seguirá librando esa dura batalla mediática en donde lo único cierto es que el juego de los intereses se antepone a la verdad.
La censura crítica tiene entonces que ver con que cada ciudadano debe hacer un objetivo juicio de valor sobre los contenidos que hoy se publican en los medios. Pero en relación con los dueños y promotores o patrocinadores de los mismos, cabe exigirles su único y exclusivo interés público con la verdad histórica y con los valores esenciales de la humanidad, respetando el libre y autónomo criterio de sus periodistas.
A estos últimos, el llamado respetuoso es a que no se dejen manipular para que trasmitan la información objetiva y veraz, razón de ser del periodismo, pues nunca deben olvidar que su misión es ser los ojos y oídos de la ciudadanía frente a quienes ejercen el poder en sus diversas manifestaciones.
COLETIILLA.- Lo ocurrido con SEMANA demuestra la crisis del periodismo nacional. Antes estaba al servicio de unos intereses ideológicos y políticos y al cambiar el rumbo de sus propietarios y de la Dirección Editorial, ya no le merece credibilidad a quienes antes eran sus aduladores. Así estamos.