A cuidarnos más
El avance exponencial de contagios en el departamento del Huila, durante el último mes ha generado una mayúscula preocupación entre las autoridades sanitarias en la región por la creciente utilización de la infraestructura hospitalaria y que los tiene al borde de una crisis en el sistema de salud. Algunos se atreven a afirmar que estamos en la cima epidemiológica por los altos indicadores que está presentando la pandemia.
Aunque se espera que, durante las próximas tres semanas, mantendremos un estado de meseta, para lo cual es importante que asumamos con responsabilidad las sanas prácticas que nos recomiendan la comunidad científica para contrarrestar el avance de este virus mortal
El 1 de octubre el Huila tuvo 11.918 contagios y 376 fallecimientos. El día anterior, la Secretaría de Salud Departamental, registraron 24.830 casos confirmados (representando un incremento del 2,08 veces). Igualmente han fallecido 701 personas, que han terminado en los hornos crematorios, representando un incremento de 1,86 veces durante los últimos 35 días. Esta situación ha obligad3o a las autoridades departamental y locales a tomar medidas severas para frenar algunos desbordamientos sociales que han desencadenado el rompimiento de todos los protocolos de bioseguridad. Esta población se ha convertido en un riesgo para todas sus unidades familiares.
La pregunta que ha surgido, desde distintos lados es, si ese sacrificio debe seguir siendo a punta de toques de queda o en su defecto por medidas extremas como cuarentenas, si ellas han mostrado realmente su eficacia, soportado con evidencia científica sólida. No se pretende que este sector de la población permanezca siempre aislado. Pero diariamente estamos observando casos de indisciplina social, que obliga a los entes gubernamentales a tomar acciones severas.
El inicio de esta nueva realidad se ha convertido en una dura prueba de fuego para las autoridades gubernamentales, para saber si se va en la dirección correcta. No significa para los huilenses, el relajamiento, ni el descuido de las autoridades para seguir controlando el desbordamiento de algunos sectores poblacionales que se vuelven irracionales y en contravía para acatar las recomendaciones sanitarias. Estamos viviendo momentos excepcionales, en los que todos debemos ceder para que todos podamos ganar y corregir sobre la marcha.
Así que no es momento para titubear en vista de los ejemplos de otras latitudes, cuando los protocolos poco a poco se dejan de aplicar bajo premisas de falsa seguridad. Y si bien siempre existe la posibilidad de un confinamiento total, es claro que esta puede ser mínima si se continúa con el comportamiento de la población y el rigor de las autoridades para facilitar y hacer cumplir las únicas acciones que hasta ahora han sido exitosas contra el virus.