viernes, 18 de julio de 2025
Opinión/ Creado el: 2020-11-23 05:37

¿Productores agrícolas sin mercado?

Escrito por: Redacción Diario del Huila | noviembre 23 de 2020

Por: Gerardo Aldana García

Que una mano invisible guíe el mercado, y que la plaza y sus fuerzas intangibles, definan las reglas de la transacción de los productos y servicios - sugería el planteamiento del escoces Adam Smith desde su enfoque de La Riqueza de las Naciones, en una perspectiva liberal de la economía, sustentando la capacidad autónoma que tiene un mercado para autoregularse, configurando una dinámica despojada de la intervención del Estado, capaz de generar riqueza para una nación: La Ley de la Oferta y la Demanda. En la otra orilla de pensamiento económico,  el británico John Maynard Keynes, en su Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero, planteó el importante papel del Estado como controlador de la economía desde el gasto fiscal, lo cual podría llevar a un verdadero equilibrio de las fuerzas que interactúan en el mercado, y por esta vía, el bienestar común de la sociedad. Bajo este enfoque, muchas naciones en la actualidad protegen sus industrias con subsidios, para hacerlas más competitivas en el mercado tanto a nivel internacional como interno.

En Colombia la dinámica económica del sector agropecuario, está claramente manejada por la economía de mercado planteada por Smith, toda vez que, desde el Presidente Gaviria a inicios de los años 90, el país se presentó al mundo como un nuevo actor en la economía de mercado, dándose la Apertura Económica. El caso es que los grandes productores que tienen musculo financiero y por ello acceso a tecnologías e información, han logrado desde entonces un relativo éxito en el tiempo, colocando las ofertas de sus productos agrícolas en un mercado también cambiante, especialmente porque de repente, tratados internacionales entre Colombia y países como Estados Unidos, han llevado al Estado a que de la noche a la mañana asuma un papel controlador de la economía, y entonces autoriza la importación de productos disponibles en la oferta nacional, como el arroz y la papa; es decir, termina jugando con los dos enfoques: Smtih y Keynes.

El caso es que quienes menos capacidades tienen de enfrentar esta ambivalencia, son los pequeños productores que carecen de las fortalezas, patrimonio si de los grandes empresarios del campo, lo cual los deja muy lejos de las oportunidades de vender sus productos a los precios más justos en función de lo que ha sido su inversión, su esfuerzo. Y es que no basta con lograr mercado para un producto; se debe estar preparado con toda una logística de acopio, transporte e información de cuándo, cómo, dónde y a qué precios vender. Para el caso del departamento del Huila, se destaca el gran esfuerzo del actual Secretario de Agricultura y Minería, Dilberto Trujillo Dussán, por ubicar mercado para las ofertas de los miles de productores del campo. El funcionario logró que la alcaldesa de Bogotá Claudia López Hernández, facilitara las condiciones para que el Huila estuviera dentro de la estrategia del Sistema de Abastecimiento Alimentario de la Región Central, lo cual sugiere la conexión directa con grandes demandantes de productos agrícolas como Makro, entre muchos otros. Luego de una esforzada convocatoria para ubicar las asociaciones huilenses que pudieran tener el músculo necesario para acopiar y suplir los grandes pedidos de productos como: Tomate, Aguacate, Uchuva, Yuca, Zanahoria, Plátano, Piña, Papaya, etc, se llegó a la triste realidad: no hubo asociaciones con las capacidades exigidas; en cambio, si hubo un par de grandes empresarios del campo, particulares con visión y fortaleza financiera, técnica, tecnológica y de información, quienes pudieron acceder a los beneficios de la estrategia regional que encuentra en Bogotá un mercado enorme y con ello, al menos honrar la resolución del departamento por esatr en la importante apuesta de región. Tan generoso es el escenario de comercio logrado, que además de asegurar la compra de lo que hoy producen estos empresarios, caso de piña y aguacate, se vieron precisado a sembrar nuevas extensiones de renglones agrícolas que ya son visionados por ellos, en las góndolas de supermercados de cadena en la capital colombiana.

En otro de los esfuerzos del funcionario Trujillo Dussán, y nuevamente en gracia de sus relaciones con la alcaldesa mayor de Bogotá, ha logrado que se le asigne una de las plazas de mercados de la capital hasta donde pueden llegar diariamente los productos huilenses; hablamos de plazas como: Paloquemado, 7 de Agosto, 12 de Octubre, La Perseverancia o la del 20 de Julio. Sin duda, una oportunidad excepcional que podría liberar a los productores opitas de la compleja manipulación del mercado de Corabastos, en donde los precios son impuestos por una élite colosal de mayoristas que dice en cuánto vender, sin importar que el productor pierda, y en cambio sí, que tal oligopolio de comercio, siempre gane. Pero bien, una vez más el dirigente público se preocupa con toda razón, en la definición de esos productores o aquellas asociaciones de pequeños agricultores, que sean idóneos para satisfacer las exigencias de este generoso canal que los conecta nada más y nada menos que con el consumidor final, liberándose de la codicia del intermediario.  Por supuesto que el directivo público no se queda quieto, y tiene toda la red de siete cadenas productivas, trabajando en la ubicación de quiénes puedan responder al reto y gozarse la magnífica oportunidad de mercado.

La RAP-E Región Central viene fórmulando el Plan de Abastecimiento Alimentario 2019 – 2030, con el propósito de consolidar un sistema de abastecimiento eficiente, sostenible y saludable para el centro del país, sustentado en la mejora de la productividad rural, la dinamización de los equipamientos, la generación de valor agregado local y la consolidación de canales de comercialización

Con este Plan se busca garantizar mayor calidad de los alimentos y generar competitividad en el sector rural, a partir de las preferencias y hábitos de consumo de la población, a la vez que se reduce la manipulación de los alimentos y el tiempo en el transporte, y se optimizan los procesos de intermediación de la cadena de suministro.

Su formulación ha contado con los aportes de expertos nacionales e internacionales, gremios, academia, productores, transportadores, comercializadores, mandatarios de la Región Central y todos los actores involucrados en el sector de alimentos.

Es así que los casi 15 millones de habitantes de Bogotá, Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Meta se verán beneficiados con la puesta en marcha de este Plan de Abastecimiento Alimentario que está en su periodo de formulación y que convertirá, en el 2030, a la Región Central en la despensa alimentaria del país. 

Con la entrada en funcionamiento del Plan se podrá planificar la producción agropecuaria de los territorios de acuerdo con la demanda, y conocer la ruta que siguen los alimentos desde el momento en que se cultivan hasta que llegan a la mesa. Además, por primera vez, se tendrá un diagnóstico sobre el estado actual de la red de bienes públicos y privados regionales, como las vías terciarias, centrales de abastos y plazas de mercado, centros de transformación de alimentos y distritos de riego, entre otros, cuya operación será reactivada para lograr este objetivo.