¡Presupuesto nacional, todo un reto!
Por Carlos Eduardo Trujillo González
El pasado 19 de octubre fue aprobado en el Congreso de Republica el presupuesto general de la nación para la vigencia 2021, por un monto de 313.9 billones, el cual tiene un aumento con respecto al aprobado en la anterior vigencia de 42 billones de pesos, en mi opinión todo un reto en metas de recaudo y gestión tributaria para el gobierno nacional.
El gobierno en cabeza del Ministro de Hacienda y la Dian, nada fácil la tienen, pues las condiciones del país provocadas por la pandemia que golpea al mundo generan condiciones excepcionales que provocan cambios en la dinámica económica, inversión, consumo y desde luego ajusta las prioridades de la gente que permite que los niveles de productividad y expectativa colectiva cambien; ello sin duda, representarán las cifras que originen el producto interno bruto de los colombianos al final de cada año.
El rompimiento de las tendencias del marco fiscal de mediano y largo plazo, la necesidad de incrementar el endeudamiento público, la renegociación del actual endeudamiento, la venta de activos, reservas, la búsqueda de nuevos recursos, las variables positivas del precio del barril de petróleo, el incremento de la explotación de crudo, la moderada estabilización en el precio del dólar, la reactivación en las exportaciones, la minimización en el consumo de productos foráneos y la tendencia al consumo de productos nacionales, deberán ser contempladas en una política de estado que permita la minimización del gasto de funcionamiento y un aumento en la inversión, la generación de obra púbica, así como estrategias de proteccionismo a la producción nacional y la lucha frontal al contrabando deberán ser medidas que fortalezcan nuestra economía, en especial la agropecuaria y desde luego la golpeada y menguada industria nacional, las que deberán ser variables y por supuesto implementar estrategias que permitan la generación y sostenimiento del empleo, la activación de la inversión, el consumo y obviamente, la dinamización económica que tanto se necesita, como base de la tributación y fortalecimiento de las finanzas públicas.
Será todo un reto para el gobierno encontrar recursos alrededor de 38 Billones de pesos, con los que se estiman esta desfinanciado el PGN para el próximo año, la enajenación de activos y la renegociación de la deuda pública, sector que tiene hoy el 22.1% del presupuesto comprometido y que hoy ya equivalente al 60% de lo que significa el PIB.
La depresión económica está cerca de ser decretada, el consumo llegará a sus niveles agónicos, la inseguridad se ha convertido en un factor que se suma a la pandemia y fortalece el miedo a la inversión, por ello será necesario que se promueva una política fiscal donde se incremente la inversión pública, lo cual estimule la economía, fortalezca el empleo y ello genere consumo.
Los fondos de ahorro que posee el estado deberían de revisarse y poder en estos tiempos proporcionar algún porcentaje al desfinanciamiento del presupuesto, lo que signifique un menor sacrificio o un incremento a la inversión y gasto público. Buscar soluciones en momentos de crisis debe de ser una tarea colectiva, un país dividido por posturas políticas, con interés de poder, donde se promociona más el odio que la unión nacional, debería generar un alto a esas discusiones que por importantes que sean no están por encima del interés nacional en un momento tan difícil como el que vivimos y nada fácil tenemos a futuro.
Descalificar el gobierno en cada una de las acciones que adelanta en un momento tan difícil, sin que nada se aporte a la generación de soluciones e incluso promocionar la división y el odio como ya es tarea de algunos, es una posición mezquina e incluso irresponsable. Le llegó la hora para que la banca nacional, las grandes empresas nacionales y extranjeras que han enriquecido sus arcas con el sudor, sacrificio y ahínco nacional, hagan su aporte generoso, pero que no represente la deducción de los impuestos que normalmente están obligados a pagar.