Su experiencia la hace líder del combate al coronavirus
La experiencia acumulada por la agencia de la ONU encargada de velar por la salud pública mundial ha sido clave para su labor en el escenario planteado por el COVID-19. Ésta no es la primera crisis cuya respuesta lidera; sin embargo, quizá se trate de la más difícil en sus 72 años de existencia.

La pandemia de coronavirus COVID-19 será seguramente el evento histórico más recordado de 2020, el año que marca el 75 aniversario de la Organización de las Naciones Unidas.
La escala y magnitud de una emergencia de salud pública sin precedentes ha significado la movilización de organizaciones civiles, políticas, sociales y religiosas; Gobiernos e instituciones; líderes políticos y otros actores de la sociedad; pero la respuesta primera y el esfuerzo mayor estuvo y está en los integrantes del sector de la sanidad.
Desde que el virus apareció en la ciudad china de Wuhan a finales del año pasado, médicos, enfermeros y otros trabajadores de salud han trabajado incansablemente para contener el avance de la pandemia.
Las respuestas a nivel local y nacional han estado en manos de las autoridades de cada país, pero al tratarse de un problema global del que nadie está a salvo, es necesaria una acción coordinada internacional y una serie de guías que sirvan a todos los afectados. Al frente de esta epopéyica tarea se encuentra la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo del sistema de las Naciones Unidas encargado de velar por la salud de la humanidad.
La Organización recibió el primer reporte de un caso de pulmonía sin causa conocida el 31 de diciembre. Desde entonces, se involucró en la respuesta a lo que pronto sería una epidemia en China y, dos meses y medio después, una pandemia. El día 30 de enero la declaró una emergencia de salud pública de carácter internacional y el 11 de marzo una pandemia al haberse registrado 118.000 casos en 114 países.
La humanidad ha vivido pandemias devastadoras a lo largo de la historia. Entre ellas destacan, por mencionar sólo dos, la de gripe de 1918, erróneamente conocida como “gripe española”, que infectó en dos años a 500 millones de personas -un tercio de la población mundial de ese entonces-, y mató a unos 50 millones; y la pandemia de VIH-SIDA, que de su surgimiento en la década de los años 1980 a 2018 había contagiado a 75 millones y causado al menos 32 millones de muertes.