Las maravillas arqueológicas que tiene el predio de Fernando Montero
Un panelero del municipio de Isnos, por casualidad encontró un lugar que al parecer es un planetario ancestral, por ahora y a la espera de expertos, Fernando Montero recibe toda clase de turistas que salen maravillados de la experiencia que viven al recorrer el lugar.

Por: Linda Vargas
Aproximadamente a 228 kilómetros de la Capital del Río Magdalena, se encuentra un paraíso ancestral, San José de Isnos; su nombre se atribuye a un vocablo indígena que practicaba la talla en piedra.
En este recóndito lugar, situado al suroccidente del departamento del Huila, en el corazón del Macizo Colombiano, reside Fernando Montero, de orígenes nariñenses, por su abuelo materno que decidió colonizar en 1927 a este paraíso paisajístico para sembrar caña de azúcar con las semillas que trajo de variedad Reina y Piel Roja.
Heredó de sus abuelos la labor de cultivar caña y, además, obtuvo en el 2003 un terreno en la Vereda El Progreso a siete kilómetros del casco urbano de la localidad, que fue adquirido hace 60 años, el cual, años más tarde, descubrió el verdadero significado y valor para la historia de nuestros ancestros.
Su familia por años se dedicó, además, a engordar ganado en ese terreno, porque sus pastos tenían una amplia cantidad de nutrientes para el crecimiento y desarrollo de las reses. En esas labores, lograron descubrir un “tesoro ancestral” que estaba oculto por muchísimos años y que hoy en día al parecer, es incalculable.
Cuando Fernando era apenas un niño, sus padres le ordenaron darle sal al ganado, y en medio de su labor, se dio cuenta que un novillo se había despaletado; inmediatamente llamó a su papá, pero en el rescate descubrieron la entrada de una cueva en donde una persona de estatura de aproximadamente 1.80 puede entrar, pero metros más adelante ya toca entrar a rastras.
La entrada de la cueva que halló Fernando hace 40 años, pero que solo hasta el año anterior lograron ingresar a sus profundidades.
En la primera estación se logra divisar una quebrada, que forma en su recorrido varias figuras: dos águilas, una que baja y otra que sube, y a una mujer en estado de gestación.
Este es uno de los orficios que se encuentra alrededor de la cueva.
“Él siempre nos decía y teníamos en mente que esa era la cueva de los cazadores, porque en ese entonces, había mucha casería de armadillo y boruga; dicen que apenas miraban los humanos escarbaban la tierra para perderse dentro de la tierra, pero las personas hacían esas cuevas para cazarlos, porque dicen que es una carne muy deliciosa. Eso fue hace 40 años desde que tengo uso de razón”, afirmó.
Sin embargo, solo hasta el año pasado Fernando y su sobrino, decidieron aventurarse a explorar la cueva; cuando entraron se sorprendieron de lo bonita, y, además, porque se encontraba en perfecto estado.
“Esa caverna mide 40 metros hacia el fondo y se divide en dos. Está cubierta con arcilla de colores. Tiene dos orificios, donde usted puede sentir el clima muy agradable y no tiene problemas de ventilación. Además, está construida en arco; se cree que es antisísmica, aguanta mucha presión por el tipo de infraestructura que tiene. El piso lo han hecho en arcilla y la cueva está orneada hacia dentro de la montaña” sostuvo.
Durante el paso de los días, surgieron muchas pistas que luego tendría un significado y que aporta y conecta al hallazgo que realizó; Fernando logró identificar varias estaciones que tendrían sentido.
Esta es la piedra que se puede observar el planetario, además tiene varias funciones, aunque no lo parezca; de hecho tiene forma de rana.
Esta es la forma de una serpiente, pero según don Fernando se trataría del mapa de la cueva.
En esta piedra además de tener el mapa de la cueva, también está tallada la forma de una serpiente.
Esta es la forma redonda que se logra divisar en la montaña.
Esta fue una de las rocas que la creciente logró sacar a la luz.
Esta es la roca que está en la cima de la montaña y según Fernando se alinea a la entrada de la cueva y al parecer se encuentra vigilando el área donde se encuentran las estaciones.
Al parecer esta piedra se trataría de un meteorito.
Estación 1
En la primera estación se divisa la profundidad de la montaña y con ello, una quebrada, que forma en su recorrido varias figuras: dos águilas, una que baja y otra que sube, y a una mujer en estado de gestación.
Estación 2
Recorriendo unos metros más adelante según Fernando, se encuentra la segunda estación; allí hay una vista panorámica, en donde el lugar ancestral descubierto se conecta con el Alto de Lavapatas de San Agustín, el Parque de los Ídolos, el Parque Alto de las Piedras y “con otro parque que supuestamente no se ha descubierto, pero hasta ahora, no lo han excavado”, indicó.
Estación 3
De acuerdo con Fernando, la tercera estación es la cueva, a unos metros más abajo de la vista panorámica.
“Cuando descubrimos la caverna, al mes hizo una creciente que ocasionó un socavón al frente de la cueva y en el mismo predio logramos descubrir otras piezas muy importantes”.
Estación 4
Fernando nos relata que la cuarta estación es una piedra donde una persona se puede acostar y puede mirar hacia atrás y hace un recorrido el vacío de esa área y se logra divisar a juicio de varios visitantes ocasionales “que se cree que es un dinosaurio herbívoro”.
Estación 5
Siguiendo el recorrido, nuestro guía nos muestra la quinta estación, en donde se logra apreciar una roca que es muy cómoda y que al parecer fue utilizada por nuestros ancestros para asistir un parto.
También descubrió que desde aquella piedra, las personas pueden divisar las estrellas, ya que al parecer y según expertos en el tema, el lugar podría ser un planetario hecho por nuestros ancestros.
“Se logra ver el cielo más cerca, pero es un espectáculo en noches de luna llena y cuando el cielo está estrellado, o a las seis de la mañana cuando está saliendo el sol; y, además, se mira un circulo perfecto en la montaña”, relató.
Estación 6
Aquella creciente que sucedió tiempo después de haber descubierto la cueva, permitió por azar del destino que Fernando hallara una piedra que nuestros ancestros tallaron al parecer al planeta Júpiter, “porque están los tres anillos que van rodeando o abrazando la piedra y se descubrió los nueve orificios que se cree representan los nueve planetas; de paso es una piedra muy espectacular. También, tengo una hipótesis que la reveló un amigo del Cauca, dice que ahí han amacerado las plantas para ir preparando el parto de la mujer; por eso está cerca la piedra práctica para asistir a un nacimiento”, dijo.
Estación 7
La séptima estación es una piedra que tiene tallada en alto relieve una serpiente, que, al parecer, es el mapa de la cueva. Adicionalmente tiene 12 orificios que podrían ser las 12 lunas del año.
Estación 8
Consecutivamente en el recorrido, Fernando nos señala una roca que está en la cima de la montaña y según él, es un chimpancé que se alinea a la entrada de la cueva y al parecer se encuentra vigilando el área donde se encuentran las estaciones. “De acuerdo con los expertos en el tema, la piedra tiene un sello de las tribus más distinguidas ante las demás”.
Indicó que, según las versiones, la cueva se podría tratar de un resguardo del cacique y su familia, porque tiene ventilación y también le mencionaron que podría tratarse de una clínica espiritual y física.
Estación 9
En cierto terreno de la parte plana de la montaña, también nos enseñó la falta de solidez en el terreno. En pocas palabras está hueco. Al parecer se trata de un salón que hicieron los ancestros y que falta por descubrir, porque están esperando a los expertos en arqueología.
“Según lo que nos han contado hay que descubrir dos salones más. Tenemos idea donde está el segundo, pero el tercero nos falta”, sostiene.
“Nos sentimos muy bendecidos”
Este humilde panelero se siente bendecido de haber heredado de sus ancestros este terreno que es un paraíso cultural y arqueológico. “Nosotros nos sentimos bendecidos por Dios y por la Madre Naturaleza porque no a todo mundo le aparece este tipo de cosas en un solo predio. La visión es convertirlo para el disfrute de los demás, no solo en mi beneficio, sino que el que venga, también conozca de esta herencia de nuestros antepasados”.
Este sitio se puede convertir en un atractivo turístico de Isnos, donde las personas pueden conocer la herencia y evidencia de que estas tierras tan fértiles y de hermosos paisajes fueron habitadas por nuestros antepasados.
El proyecto panelero de Fernando Montero, por ahora está en “veremos”, debido a la crisis que atraviesa el sector desde hace dos años y como afirma “muchas veces cuando una persona es un fracaso, para otras es una bendición”, haciendo mención que aprovechará esta herencia para dedicarse al proyecto turístico.
“Estamos en un aprendizaje, así como lo hicimos con la caña, esto es un nuevo camino y gracias a Dios nos está yendo muy bien. Estamos aprendiendo muchas cosas que ignorábamos que existía”, aseguró.
A la fecha, muchas personas provenientes del Valle, Buenaventura, Neiva, Pitalito, San Agustín y México, han visitado este sitio ancestral y siempre se van maravillados del lugar.
“Los expertos me han dicho que sí esto se llega a confirmar con un personaje reconocido y que le ponga la firma que esto es un planetario esto va a ser un “boom”, porque esto será un sitio de investigación a nivel nacional e internacional”, mencionó.
Cabe mencionar que el 5 de diciembre 1.995, la UNESCO declaró a los Parques Alto de las Piedras y Alto de los Ídolos como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, por su gran importancia histórica debido a la existencia de ejemplos únicos de estructuras funerarias de la cultura agustiniana y la presencia de policromía en algunas de estas estructuras y en la estatuaria; quizás en el terreno de Fernando Montero estemos en uno de ellos, eso lo determinarán los expertos.