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Enfoque/ Creado el: 2020-02-20 02:54

El inconformismo de la Defensa Civil del Huila

La entidad reclama más inversión por parte de las autoridades municipales y departamentales; consideran que su trabajo es poco valorado.

Fotos: Tatiana Ramírez

Escrito por: Redacción Diario del Huila | febrero 20 de 2020

Por: Liz Farfán

Hoy en día nadie trabaja gratis y menos cuando el peligro es inminente y la labor  trasciende de las circunstancias físicas. Aquí la condición humana es un trabajo que está íntimamente ligado con la muerte, claro, sin tratar de estigmatizar cualquier situación que de búsqueda y rescate se trate, sin embargo, estas son algunas de las bases del trabajo humanitario que desempeña la Defensa Civil del departamento del Huila y que hoy denuncian ante la precaria situación con la que conviven desde hace años, pues su labor no garantiza ninguna remuneración económica y es evidente que ayudar, socorrer y salvaguardar vidas, es una función que cualquiera pensaría, debería ser paga, pero desafortunadamente no es así.

De esta situación se desprenden un sinnúmero de inconformidades por parte de la cabeza y el cuerpo de esta misma institución. Su petición radica en que el aliciente que debería ser casi obligatorio por parte de las entidades gubernamentales, llámese Gobernación del Huila o Alcaldía de Neiva, se dé por voluntad propia y no como una especie de “limosna” que tengan que solicitar periódicamente o cada vez que necesiten ser abastecidos sus insumos más básicos.

Es claro que siendo la Defensa Civil una de las instituciones sociales y humanitarias más grandes del país, Organismo de Socorro del Estado y además, miembros e integrantes del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo y Desastres, y pese a su importante labor, siga presentando esta situación después de innumerables peticiones. Y es que la poca o casi nula contribución de carácter económico, es lo que más desanima a los voluntarios de esta organización.

Estructural y administrativamente, dependen del Ministerio de Defensa Nacional, pero más allá de eso, este sigue siendo un organismo sin ánimo de lucro que siempre ha tratado de sobresalir a través de sus tres grandes ejes misionales que se basan en la prevención de desastres, la gestión ambiental y la acción social mediante un compromiso que prevalece las necesidades básicas del departamento cuando estas así lo requieran, en especial, en 30 de sus 37 municipios, donde cabe resaltar que la prioridad siempre ha sido tener la cobertura total del mismo departamento.

Sin embargo, el hecho de que sea una institución que se rige bajo los índices de una no remuneración, cuenta con necesidades como cualquier otro organismo. Por esto es que hacen un llamado a los entes gubernamentales para que comprendan que ellos necesitan abarcar gastos que van desde un casco o unas botas hasta combustible para garantizar el desplazamiento con el fin de socorrer alguna emergencia.

Apoyo a voluntad

El director de la institución, Álvaro Villareal, señala que lleva años tratando de gestionar recursos económicos, pero con la intención de que no solo lo vean como algo que radique con el tema económico, sino que sea la misma voluntad  la que prime por encima de cualquier otro factor. De ahí que se desprenda la problemática o el inconformismo que genera este tipo de situaciones que se evidencian tras una fachada que ni siquiera cuenta con la estructuración pertinente con la que se supone, debería contar un tipo de institución como esta; sus instalaciones, sin desmeritar el lugar, es una antigua casa de reposo que afortunadamente les ha servido como albergue para sus elementos básicos.

A manera de donación, la institución se ha sentido beneficiada debido a que algunas administraciones de distintos municipios, han entendido que la razón de ser de este organismo, son principalmente la búsqueda y el rescate como temas prioritarios, por consiguiente, han sido coherentes con la participación y labor que ejerce este organismo de control en diferentes aspectos humanitarios. Por ello, han sido muy generosas al contribuir de manera voluntaria con ciertos insumos para la manutención básica de los mismos voluntarios, pero que en general, no han sido suficientes para abastecer todos los elementos que necesitan a la hora de atender una emergencia.

Más de un centenar de voluntarios

Cabe resaltar que esta institución cuenta con la participación de 600 voluntarios y ninguno de estos, recibe alguna especie de remuneración económica, lo que indica, que directamente el único apoyo que reciben por parte de la misma institución, es un estímulo que trasciende del factor dinero y que se transmite a través de capacitaciones y una hoja de vida con gran experiencia que les puede ayudar en el caso de querer pertenecer a alguna otra institución.

La responsabilidad social que ejerce esta entidad, es directamente proporcional al riesgo que corren todos y cada uno de sus rescatistas, desde su director hasta el último voluntario.

Por esta misma razón, lo que pretende esta entidad, en pocas palabras, es que por lo menos la administración municipal les dé una partida anual que abastezca todos sus insumos o en su defecto, los más básicos, ya que para ellos es un desgaste físico y emocional estar a la merced de algún funcionario que cumpla labores públicas o administrativas.

Por otra parte, esto no implica que si se llegase a dar una especie de sueldo o remuneración económica, por pequeña que fuera, los miembros rescatistas dejarían de ser voluntarios para convertirse en empleados, al contrario, esto solo indica que el impacto sería mucho mayor debido a que sus condiciones se optimizarían y su contribución sería masiva.