“Los cabecillas de las Farc no van a ir un solo día a la cárcel”
Ernesto Macías, senador huilense del Centro Democrático, se refirió a las charlas que han venido dando las FARC. “No podemos permitir que se disfrace la pedagogía para la paz con un proselitismo armado”. Por otro lado, afirmó que “es muy difícil creerle al presidente Santos”.
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El país ha visto cómo la guerrilla de las Farc ha aprovechado la ‘pedagogía de la paz’ para hacer proselitismo político, ¿qué opinión le merece al Centro Democrático esta conducta?
Yo diría que aquí no hay que condenar la conducta de las Farc porque siempre ha sido su conducta, ellos nunca cumplen con su palabra, siempre buscando la trampa a la institucionalidad. El problema está es en el Gobierno, que bien, o ha sido permisivo con esta situación o, simplemente, ha autorizado que estas situaciones que se presentaron en La Guajira y el Caquetá se repitan y además, ocurran.
Es decir, el Gobierno ha reiterado desde que comenzó este proceso, como respuesta al Centro Democrático cuando dijimos que no podía permitirse el proselitismo armado a raíz de las convocatorias que hace el Gobierno, que no va a permitir que haya proselitismo armado. Sin embargo, esto que ocurrió ante los ojos del mundo, además de vergonzoso es algo que preocupa porque está la permisividad del Gobierno cuando una caravana de buses llega hasta un corregimiento, pasa por delante de las autoridades, montan una tarima y hacen lo que el mundo conoció. Entonces, la preocupación es que el Gobierno esté permitiendo o esté mirando para otro lado cuando esto está ocurriendo.
Pese a que el Presidente salió a reprocharle esto a las Farc, ¿cree que él sabía que ellos podían hacerlo y dejó que lo hicieran?
Es que es muy difícil creerle al presidente Santos, cuando el mismo día cuando ocurren los hechos, el Gobierno sale y dice que habían permitido o concertado con los cabecillas de las Farc cinco visitas a Colombia, a sus campamentos que para hablarles a los guerrilleros de esa organización terrorista.
Sin embargo, los pobladores del Conejo, Guajira, dicen que allí nunca ha existido un campamento de las Farc, nunca ha habido concentración de las FARC, entonces, queda en duda lo que está diciendo el Gobierno. Por otro lado, dice el Gobierno que no ha despejado ninguna zona del país para que ellos hagan presencia armada; sin embargo, los pobladores del Conejo dicen que días antes había patrullas del Ejército que estuvieron permanentemente allí y que desaparecieron a las tres de la mañana y a los tres días hacen presencia los cabecillas de las Farc con todos los guerrilleros armados que el mundo vio.
En términos generales, ¿usted está de acuerdo con la pedagogía para la paz?
Es que no podemos permitir que se disfrace lo que llaman entre comillas, la pedagogía para la paz, con un proselitismo armado. Lo que vimos en La Guajira no es pedagogía para la paz. ¿Cómo es posible que aparezcan unas camisetas marcadas con “Queremos la paz” y la persona que lleva la camiseta porta un fusil de largo alcance? Entonces, es difícil que la pedagogía surja de esa manera, ¿están hablando de paz o nos están mostrando la guerra?
No olvidemos que Salvatore Mancuso estuvo en el congreso y luego fue extraditado, ¿qué opinión le merece esta conducta que se dio en el Gobierno del expresidente Uribe?
Desde luego que es reprochable, en aquella oportunidad, dos congresistas amigos de los paramilitares, lo visitaron y en la Cámara de Representantes lo invitaron y allá estuvieron. Pero no olvidemos que en aquella época llovieron las críticas al gobierno de turno, en su momento, el del expresidente Uribe, porque se estaba dialogando en Ralito pero posteriormente los cabecillas no solamente fueron a la cárcel sino que fueron extraditados, pero además, condenados, con penas rebajadas sí, que fueron criticadas, pero de ocho y diez años.
Hoy, aquellos críticos de la época, están defendiendo la tesis de que los cabecillas de las Farc, que son igual de criminales a los paramilitares, no vayan un solo día a la cárcel. Entonces, la historia hay que contarla completa, creo yo que el país no puede olvidar esas críticas que se hacían en ese momento, para un proceso que entre otras, no fue de paz sino de sometimiento a la justicia, frente a lo que hoy está pasando y lo que nos anticipa es que los cabecillas de las Farc no van a ir un solo día a la cárcel.
¿Eso se traduce en que hay una doble moral en la política?
Desde luego que sí. Por eso digo, quienes criticaron ese proceso, inclusive la mayor critica llovió sobre el gobierno del expresidente Uribe porque decían que cómo se le ocurría al gobierno colocar penas de diez y ocho años para quienes merecían 50 y 60 años de cárcel. Y esos mismos críticos están defendiendo hoy la tesis que los cabecillas de las Farc no vayan un solo día a la cárcel.
Pese a los reproches de la oposición del Centro Democrático al proceso de paz, sobre todo en el tema de la atenuación punitiva, lo que se observa hoy en día es que se está avanzando a pasos agigantados el proceso de paz y seguramente, va a llegar a feliz término. ¿Usted cree lo mismo o sigue siendo escéptico de este proceso?
En primer lugar, vemos que hay un proceso muy enredado. El acuerdo de justicia que publicaron el Gobierno y las Farc tiene muchas dudas y preguntas que resolver. Los mismos cabecillas de las Farc dicen que a eso le falta mucho desarrollo. El Gobierno en cabeza del presidente Santos, ha anunciado que van a firmar el 23 de marzo. No sabemos qué estén pensando los cabecillas que siempre han jugado a dilatar, como ocurrió en El Caguán, cuando el gobierno del presidente Pastrana se habló de unos meses, como se dijo ahora, y resulta que el proceso de El Caguán duró más de tres años.
Este con las Farc lleva más de tres años y medio, y no sabemos si la fecha del 23 de marzo es la definitiva para la firma, que no lo creemos, por lo menos lo que han mostrado no son acuerdos que vea uno avanzados y por el otro lado, ya sabemos cómo las Farc manejan sus tiempos. De tal manera que hay una situación que todavía tiene muchas dudas frente al país.
Ahora, todos queremos la paz, ¿quién no la quiere?, yo diría que los únicos que no quieren la paz en Colombia son los cabecillas de las Farc que están en La Habana. Todos los colombianos la queremos, pero depende cómo sea y a qué le llame paz, por ejemplo, el presidente Santos.
¿No le teme a que la oposición se quede sin discurso?, porque casi todo el discurso está sustentado en el tema del conflicto armado.
Por el contrario, el problema del Centro Democrático no es el discurso, el problema es la seguridad del país, el problema es que está reclamando una paz duradera, estable, no una paz para que mañana, como ha ocurrido en muchos procesos de paz del mundo, que por andar a las carreras o negociar mal, termina fracasando o generando más violencia.
Ahora, el problema es del gobierno, que ha manejado desde el comienzo el discurso de la paz. El presidente Santos se ha olvidado de la economía del país, el sector agropecuario golpeado, la salud en la más profunda crisis. Solamente nos habla de paz, que bueno que llegue la paz pero no a costa de acabar el país, de manera que aquí, el problema no es de discurso sino del futuro del país.
Hay otro tema que ha sido candente que tiene que ver con la seguridad y fue el escándalo de la Policía, ¿realmente usted cree que algo extraño pasa al interior de la Policía?
Sin duda, todas esas denuncias que han llovido de un lado y de otro dentro de la Policía nos dicen que hay una crisis interna, por ejemplo, al general Palomino que le se indican tantas cosas, independientemente de que sea responsable o no, no entendimos cómo el presidente Santos lo mantuvo tanto tiempo en la dirección de la Policía.
Porque es que no se trataba de un coronel o del comandante de un pueblo, sino del director de la Policía. Con tanto cuestionamiento debió salir pero tuvo que ocurrir la apertura formal por parte de la Procuraduría para que el general Palomino se hiciera a un lado. El problema de la Policía es profundo, amerita una revisión interna estructural y no se puede tapar o solucionar con paños de agua tibia.
Su compañero, el senador Hernán Andrade, también huilense, dijo esta semana que en el 2008 cuando era presidente del senado, le habrían advertido de un senador que acosaba los policías pero no denunció, ¿cree que cometió un error el doctor Andrade?
En ese caso, creo que fue un error no haber denunciado, sin embargo, creo que la responsabilidad recae en el entonces director de la Policía, el general Naranjo, porque según las denuncias que hay, fue él quien le contó al senador Andrade lo que estaba ocurriendo con ese senador que no dijeron quién era. Sin embargo, quien supuestamente tenía las pruebas y nunca lo denunció ante las autoridades era Naranjo. El presidente del congreso, en este caso Andrade, no tiene la posibilidad, ni la facultad de investigar, menos de sancionar cuando se trata de ese tipo de situación.
Usted que todos los días va al congreso, ¿ha visto ‘cosas raras’?
Yo ni me fijo, ni me doy cuenta de esas cosas. Yo soy muy malo para determinar u observar quién tiene cierta tendencia o no, de manera que yo nunca me fijo en eso. Y pues, considero que es un tema en el cual uno no se tiene por qué fijar.
Sin embargo, es un tema grave, si se refiere a las presiones de la Policía, ¿cuál es, como senador, el control que haría a esta situación, sobre todo porque se pone en riesgo la institucionalidad de la Policía?
Mire que eso no es de control político, inclusive las tendencias sexuales de las personas tiene uno que respetarlas, lo grave es que si han sucedido casos como las que denunció el general Naranjo y que no lo puso en conocimiento de las autoridades, es que haya un servidor público, en este caso, senador, que esté en ese tema de acoso sexual u homosexual, eso desde luego es censurable de parte nuestra, pero son las autoridades las que tienen que investigar y castigar esta situación.
Sin ser abogado del diablo, uno observa que en el gobierno de Uribe, pese a que se le hicieron cuestionamientos al llamado ‘Uribito’, al exministro Arias, pues finalmente terminó capturado, sancionado y expuesto a la opinión pública, pero estuvo durante todo el gobierno de Uribe.
Dos cosas ahí, el exministro Andrés Felipe Arias fue condenado no por haber robado, no se robó un peso, que en la sentencia de la corte no hubo una sola alusión a que hubo malos manejos, solamente es tema de un convenio que hizo con el ICA, con la OEA, y ello fue la prueba para que condenaran al exministro. Pero hay una cosa que le ocurre a este gobierno, que de pronto, en algunos sectores se repite, este gobierno no ha terminado de mirar el espejo retrovisor. Yo pregunto si había tantas cosas malas en el gobierno anterior, al cual perteneció Santos, ¿por qué en cinco años y medio de este gobierno no las han corregido?
Porque uno no puede decir que todo es malo lo de atrás y resulta que ya lleva este gobierno cinco años y medio y va para seis años y según eso, no han corregido lo que han considerado que es malo. Entonces, hay que dejar el espejo retrovisor y mirar lo que ha ocurrido en el reciente pasado, que no se han corregido las supuestas anomalías.
Según usted, ¿qué se debe corregir?
Cada problema que le aparece al gobierno, inmediatamente dicen “es que en el gobierno de Uribe… ocurría u ocurrió”. Miren las vergonzosas declaraciones del ministro de defensa cuando le preguntan a raíz de los escándalos de la Policía, dice: “Eso ya no ocurre en la Policía, ocurría hace ocho o nueve años”. No cayó en cuenta el ministro que hace ocho años el ministro de defensa era su jefe de hoy, el hoy presidente Juan Manuel Santos.
Entonces, quien tiene que decir qué hay que corregir es este gobierno, que todo lo malo que le aparece a este gobierno dice que se originó en el gobierno anterior.
Ya no hay debate con el gobierno, porque acuden siempre al gobierno de Uribe…
Es que uno no puede, después de tantos años, decir que todo ocurrió en el anterior. Si este gobierno estuviera empezando hoy, diría uno “démosles el beneficio de la verdad a las críticas que está haciendo”, pero cuando han pasado cinco años y medio ya uno no puede continuar creyendo que es del anterior.
Pese a este mundo controvertido de la política, ¿tiene usted intenciones de seguir acompañando al expresidente Uribe?
Uno no puede decir que se va a retirar, que seguir acompañando al presidente Uribe, claro que lo voy a acompañar, que sí voy a aspirar nuevamente al Congreso pues falta mucho tiempo para definir eso. De tal manera que el seguir acompañando al presidente Uribe lo tengo seguro.
¿Y cómo ve el Centro Democrático en el departamento?, porque en las elecciones pasadas se notó un poco de debilidad en el electorado uribista.
Los partidos políticos, todos, ganan o pierden. Hay elecciones donde les va muy bien y otras donde no les va muy bien. Entonces, en el caso del Centro Democrático, nos fue muy bien en las elecciones de congreso, en las dos vueltas presidenciales, y no nos fue muy bien en la última elección regional. Estamos en esa tarea, yo ya asumí la responsabilidad de lo que ocurrió en el Huila, que fue más que una derrota, que no se llenaron las expectativas que había.
Hay que corregir muchas cosas, cometimos muchos errores y de ellos hay que aprender.