‘Soy auténtica, franca y natural’
Alejandra Azcárate se presentó anoche en el Club Campestre de Neiva el stand-up comedy ‘Descárate con la Azcárate’. La actriz habló con DIARIO DEL HUILA sobre el éxito de su obra y otros temas de su trabajo en televisión.

¿Se considera una mujer irreverente?
Más que irreverente, soy auténtica, franca y natural.
¿Cómo no confundir la prudencia con la falsa moral?
Siempre he sido una mujer extremadamente franca. Quienes me conocen en el plano personal saben que así soy y que es parte de mi esencia, mi carácter y personalidad. A través del trabajo lo que expreso es mi criterio y opiniones frente a ciertas situaciones, sin filtro y sin agüeros, y la gente que valora mi trabajo lo hace porque valora esa honestidad. Una cosa es la prudencia y otra es ser políticamente correcto, que para mí es el término disfrazado de la hipocresía, que es algo con lo que yo no comulgo.
¿Qué tan hipócrita cree que es la gente?
Esa es una característica del ser humano, nos cuesta trabajo decir la verdad porque tememos herir a los demás, pero muchas veces el decir la verdad, por dolorosa que sea, resulta siendo más beneficioso para la otra persona que decirle una mentira decorada. En el fondo todos deberíamos aprender a hablar con franqueza y a expresar lo que sentimos sin temor. Para mí no existe otra línea distinta en la vida que la verdad.
¿Ha sentido matoneo por su sinceridad?
No. Soy consciente que genero pasiones, de aceptación como de rechazo. Pero eso es buenísimo cuando uno trabaja en medios porque esas pasiones lo convierten a uno en un elemento de consumo masivo y mientras eso suceda yo siempre voy a tener trabajo. Pero por lo general el público es supremamente generoso conmigo, es amplio, receptivo y valora lo que hago; de lo contrario no hubiera podido construir una carrera.
¿A qué cree que se deba el éxito de su espectáculo?
Creo que el éxito ha estado centrado básicamente en el factor de identificación que la gente ha encontrado en la obra, en una puesta en escena muy elemental y en la representación de un personaje que expone una realidad sin tapujos, sin el menor pudor y que se ha convertido de alguna forma en una voz para expresar lo que muchos piensan en silencio.
Es una obra que el mes entrante cumple la función número mil, con el 97,3 por ciento de funciones agotadas, que es algo que no tengo como agradecerle al público.
¿De dónde salen tantas ideas para el contenido de su show?
Tiene mucho de experiencia personal porque yo por principio no hablo de lo que no sé. Pero quienes trabajamos en el género del stand-up comedy sabemos que uno tiene que ser buen observador. Entonces el show es el resultado de mis vivencias y de muchas de las cosas que yo veo, escucho, analizo y que trato de sintetizarlas en un lenguaje genérico para que la gente se vea reflejada.
¿Qué le gusta del género stand-up comedy?
Subirse a un escenario y manejar un personaje como lo he construido yo a través de la ‘Azcárate’, es una energía inmediata porque se da una relación cercana con el público, donde uno tiene un termómetro instantáneo de la reacción. Además, la emoción y la adrenalina son mucho más fuertes.
¿Y qué le pasa con la televisión?
La televisión tiene una magia particular que genera un impacto masivo y eso produce una enorme gratificación, pero también da mayor tiempo para preparar una escena de dos minutos, por ejemplo; se puede trabajar y corregir. El stand-up comedy y la televisión son campos artísticos muy diferentes pero a ambos los amo y me siento plena.
¿Se ha equivocado en pleno show?
Nunca me ha sucedido, gracias a Dios, que se me haya quedado la mente en blanco. Si me ha pasado que en mi mente me salto parte, y entonces cuando llego a determinada parte de la obra recuerdo que me comí parte del diálogo y lo retomo. La ventaja es que el público no domina el libreto pues no se nota. Es un trabajo que exige muchísima concentración porque al hacer un monólogo no tengo a quien más recurrir ni más elementos con los que me pueda amparar.
¿Le da miedo enfrentarse sola a un público?
No me da miedo, me da pánico (risas). La gente no se alcanza a imaginar mis momentos previos. Literalmente antes de subirme a un escenario tiemblo, por eso me toca tomarme unos minutos para respirar profundo y orar, porque no importa cuántas funciones haya hecho, debo entender que para el público es la primera vez.
¿Qué va a pasar con ‘Descárate con la Azcárate’?
Esta es mi cuarta gira nacional completa y luego de eso, en noviembre, voy a tener funciones en Buenos Aires, que era un sueño que afortunadamente se cumplió. Estoy con el proyecto de internacionalizar la obra.
¿Y con la televisión?
A finales del año empiezo grabaciones de la telenovela de Diomedes Díaz. Por primera vez voy a interpretar un papel de corte popular. Es una de las amantes del cantante, una mujer caleña, llamada Yurleidys, con quien él tiene una hija que es utilizada por mi personaje para sacarle plata a Diomedes. Es una mujer a quien le gusta mucho el licor y las drogas y de alguna forma lo introduce en este ambiente mundano.
¿Cómo hace para desprenderse de la fama cuando llega a su círculo personal?
Entiendo que mi trabajo en los medios no es nada distinto a eso, es mi oficio, mi profesión. Pero cerrando la puerta de un set mi vida es igual a la de cualquier mujer.
¿Se le ha subido esa fama?
Jamás porque para mí la fama es un accesorio que hace parte de mi trabajo y siempre he procurado manejarla con sensatez. Agradezco desde el fondo de mi alma la valoración que tiene el público para mi trabajo y el aplauso.
¿Qué hace un día de descanso?
Tengo muy poco tiempo de descanso, pero apenas puedo me voy de viaje. Cuando tengo días libres lo primero que hago es empacar una maleta y huir porque es de la única forma de desconectarme del trabajo y de estar con la gente que quiero.
¿Alguna vez ha pensado en retirarse para tener una vida tranquila?
Hasta el momento no porque me apasiona profundamente lo que hago. Sé que mi trabajo es extenuante pero tengo una fuente de energía inagotable que es el compromiso y la disciplina, y no me veo frenando ese impulso.
¿Ha hecho cine?
Lo más cercano que he hecho fue una telepelícula con Fox, la cual protagonicé con Marlon Moreno y Ruddy Rodríguez, pero realmente el cine no ha sido nunca un sueño por cumplir. Para mí el género de la telenovela es maravilloso porque me da la posibilidad de llegar a la casa de la gente todas las noches.
¿Qué tan espiritual es?
Creo profundamente en Dios. Soy una mujer muy arraigada a mis creencias religiosas. Creo en un Dios que ama, que no juzga y que comprende. Además, soy muy devota al Divino Niño y a la Virgen de Guadalupe.
¿Va a misa?
Cuando puedo y cuando lo hago en Bogotá solo voy a iglesia del 20 de Julio que es donde me siento bien.