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Dominical/ Creado el: 2015-05-19 12:05

Una agenda de Renovación

Según la CEPAL, los términos de intercambio comercial para Latinoamérica se deterioraron un 2.6% durante el año 2014 y el pronóstico de crecimiento es del 4% con densos nubarrones para la región.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | mayo 19 de 2015

Se realizó el décimo Foro Económico Mundial Sobre América Latina en México, entre  el 6 y 8 mayo, que  reunió  líderes políticos y empresarios de 45 países para debatir el futuro de la región. Su agenda planteo la necesidad de resolver problemas de  inequidad, alto nivel de desempleo y el bajo nivel de desarrollo en la región, producto de la caída de los precios del petróleo y de los commodities lo que exige implantar cambios que permitan avanzar en temas de competitividad, educación, desarrollo institucional e innovación, como puntos relevantes para potenciar a los países de la región e integrarse al mercado mundial como protagonistas de primera línea.

El Foro,  es un escenario importante para debatir los problemas económicos y sociales en especial en esta coyuntura cuando el desempeño económico de Latinoamérica  y el Caribe  se desacelera principalmente por la caída de los precios del petróleo y materias primas afectando los términos de intercambio, frente a un dólar revaluado y a una economía norteamericana en tránsito a la recuperación. En efecto,  según la CEPAL, los términos de intercambio comercial para Latinoamérica se deterioraron un 2.6% durante el año 2014 y el pronóstico de crecimiento es del 4% con densos nubarrones para la región, con un populismo como el practicado en Venezuela que “Ama tanto a los pobres que los multiplica” (Caso Venezuela) y con síntomas aberrantes de corrupción en países como Brasil, que involucra “al partido de los trabajadores de Lula” y hasta en Chile los escándalos de corrupción alcanzan al hijo de la Presidenta Bachelet con movilizaciones de protestas lideras por los estudiantes. En Ecuador se tiene una estabilidad económica producto de la dolarización que blinda a su economía de caer en inflaciones como las que vive Argentina o Venezuela, y en Colombia, aunque los pronósticos de crecimiento se castiga a la baja es prematuro hacerse ilusiones con la recuperación de los precios del petróleo, pues el escenario para el 2016 es que el barril de crudo no superará los US$70. Este  foro es una plataforma ideal para  lograr un compromiso real por parte de los dirigentes políticos y empresariales en torno a la necesidad de una renovación profunda  que genere  un mejor desempeño económico para la región.

El contexto mundial, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), prevé un crecimiento divergente, mayor en las economías avanzadas y menor en las economías  emergentes y en desarrollo. Según sus pronósticos, el crecimiento de caerá del  4,6% en 2014 a 4,3% en 2015, debido a la dependencia que tienen los países en desarrollo  de los precios de los commodities y de la desaceleración de China, principal comprador de materias primas, cuyo crecimiento  es del 7% en el 2015.  No obstante y pese a esta tendencia, el Gigante Asiático, mantiene un crecimiento muy superior al promedio mundial, lo que tranquiliza a  su economía. Que en palabras de su  primer Ministro de China Li Keqiang: “China mantendrá su estrategia de lograr un crecimiento económico medio-alto a largo plazo y  no sufrirá un aterrizaje abrupto”.

Dentro del pragmatismo chino, su interés en la región Latinoamericana, busca ampliar r su inserción en la región y diversificar su relación comercial con países latinoamericanos. Ejemplo de ello, es la anunciada visita oficial que realizará  Li Keqiang, segundo hombre en la dirigencia China, a  Brasil, Colombia, Perú y Chile entre el 18 y 26 de mayo, países que representan cerca del 57 % del comercio  total que tiene este país con toda la región y que son economías más estables desde el punto de vista político. Por ello, busca  profundizar los términos de cooperación bilaterales en temas como: industria,  infraestructura,  tecnología y por sobre todo de tratados de libre comercio.

 Colombia  no debe ser ajena a  lo anterior pues es miembro del nuevo bloque Alianza del Pacífico (junto con México, Chile y  Perú), Bloque  que a propósito del Foro Mundial Latinoamericano, fue criticado por el Nobel de Economía Stiglitz al señalar: “Acuerdos, como el TPP (Transpacífico), o la Alianza del Pacífico, pueden incrementar la inequidad”,haciendo alusión a los problemas que traería  consigo los temas de propiedad intelectual, en especial en el sector farmacéutico, incrementando los precios de los medicamentos.

Colombia

No obstante, frente al diagnóstico realizado por el Nobel, la posición colombiana de  mirar y no tocar frente al Pacífico, no se ha insertado en la dinámica que requiere una efectiva apertura al llamado bloque “Asia Pacífico”, pues los problemas de la guerra y el posconflicto se nos han vuelto un término recurrente y puesto de moda. Deberíamos entender que no sólo se trata de poner final al conflicto armado entre las FARC y el Estado colombiano, si no que hacer con la inmensa mayoría de colombianos que se encuentran en la pobreza, el desempleo y otro tipo de violencias. Como lo señaló Malcom Deas, (Inglés experto en temas de violencia en Colombia) al recordar al profesor Lauchlin Corruie en su célebre libro “ Obstáculos al Desarrollo” (1967), refiriéndose a Colombia : “ El objetivo del desarrollo es reducir lo que llamaba el malestar (Dolor, sufrimiento, temor e inseguridad), de las gentes, contratado con el bienestar, lo cual exige transitar por un camino diferente en búsqueda de una oferta abundante en bienes y servicios, y lograr una justa igualdad de ingresos, riqueza y oportunidades”.

Que claridad en la perspectiva de este analista que hace cincuenta años predecía la dificultad que tenía Colombia con un sector agropecuario donde persistía el bajo nivel de bienestar de la población en áreas rurales y en pueblos pequeños dependientes de la agricultura, con enormes problemas de pobreza, salud y educación, y al mismo tiempo, una concentración poblacional en áreas urbanas que hoy agrupan al 85% de la población urbana, que incrementa el desempleo, la informalidad y la inseguridad social, pues la productividad agrícola no es capaz de abastecer las demandas urbanas. Esta es la gran tragedia de los colombianos que como se ve plantea los nuevos retos a la Colombia del posconflicto, asumiendo que los acuerdos de La Habana fructifiquen y se elimine uno de los mayores obstáculos al crecimiento económico y a ese flagelo de la guerra que ha generado más violencias y que le impide a Colombia avanzar por los caminos de la democracia política y de mayores oportunidades para todos los colombianos. Ojalá que el discuros de la equidad, la educación de calidad, aprobados en el nuevo Plan de Desarrollo “Todos por un nuevo país”, al lado de la competitividad y desarrollo de la infraestructura,  la reducción de la pobreza, la justicia y la democracia,  no se queden en letra muerta o en buenas “intenciones”, pues como lo señaló Dante:” De buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”.

*Rector: Universidad Autónoma de Colombia