Tulio, de la música a la gastronomía
Tulio Zuluaga saltó a la fama a mediados de la década de los 90 con su carrera como cantante; sin embargo, el amor hacia su familia hizo que se retirara. Ahora, lejos de los escenarios y estudios de grabación, es un reconocido crítico del mundo de la gastronomía.

¿Cómo fue su acercamiento al mundo de la gastronomía?
La cocina me gustaba desde muy pequeño, solo que mi rumbo se fue por otro lado, al mundo de la música. Pero cuando decidí dejar el espectáculo y aparecí en los medios haciendo algo diferente, me convencí de que este era mi camino.
¿Pero cómo fue ese contacto?
Me puede imaginar como un niño de cinco años que ponía un banquito frente a la estufa y hacía sopa. Me acuerdo mucho de eso. A mí siempre me llamó la atención la gastronomía, después descubrí que esa es una ciencia mezclada con arte, descubrí una forma de jugar en los fogones y siempre me cociné mis propias cosas, incluso ahora que tengo quien me ayude en la casa.
¿Y cómo llegó a la televisión abordando el tema gastronómico?
Cuando me llamaron de Teleantioquia para hacer un proyecto gastronómico, yo me dedicaba a la dirección de magazines. Les dije que yo quería hacer algo muy distinto para la televisión regional, un programa pregrabado, de una hora, en el que pretendíamos buscar las raíces culinarias. Lo que no sabía era que el programa iba a coger una vida increíble solito, porque comenzó a convertirse en un cuento muy filosófico.
¿A través de qué programa se consolidó en este campo?
Cuando aparecí en televisión con el proyecto de ‘Gastrosophía’ fue cuando más me fortalecí en este asunto.
En su trabajo suele involucrar de alguna manera los conceptos ′filosofía′ y ′gastronomía′ ¿cómo se da la relación entre esos dos aspectos?
Para mí ver a un chef es como ver a una estrella de rock, mejor dicho, es como un filósofo que habla a través de sus preparaciones. Cuando un cocinero es consciente de lo que está haciendo, cuando es muy apasionado y está muy metido en este cuento, realmente habla a través de la comida.
¿Y qué historias interesantes ha escuchado?
Cuando uno le pregunta a un cocinero por qué se inventó determinado plato, encuentra unas historias maravillosas. Es como si pusieran a un pintor frente al lienzo, siempre hay una historia detrás.
Usted también escribe crítica culinaria. ¿Cómo es ese trabajo?
Cuando yo escribo no lo hago de manera técnica porque para mí los vinos y la gastronomía son también poesía. Creo que el sentarse a la mesa no es un proceso técnico en lo más mínimo, es un proceso espiritual y eso solo puede expresarse a través de poesía, no hay vuelta de hoja. No estoy diciendo que sea un poeta ni mucho menos, pero por lo menos sí es algo que hago de manera muy sentimental.
¿Qué significan para usted el vino y la cocina?
Los vinos y la cocina empezaron a convertirse en algo muy profundo, en algo que viene del alma, una expresión absoluta. Para mí, ese es el centro de la familia, el momento más especial.
¿Se ha formado profesionalmente en este campo?
Siempre tuve ese contacto con la cocina, de forma no muy profesional, porque fue completamente empírico, pero después lo he venido perfeccionando con estudios que he tenido la oportunidad de realizar.
¿Qué ha descubierto de la cocina ahora que ha estudiado?
Me he dado cuenta que cocinar no es algo tan sencillo, sino que es algo que amerita preparación. Cuando uno está ahí, en una cocina, se da cuenta de que, para ser responsable, tiene que saber mucho y estudiar.
¿Cómo es esa formación académica?
Me siento dos horas a estudiar cocina diariamente, voy a cursos, todo el día estoy leyendo artículos. Ya no sé nada de noticias, porque ahora estoy metido todo el tiempo en aprender y en crecer para darle cada día mejores cosas a la gente.
¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje en este medio de la gastronomía?
Definitivamente lo mejor que he descubierto es que al compartir la comida y el vino, uno puede encontrar un camino a la felicidad, comienza a vivir de otra manera, comienza a funcionar sus sentidos como deben funcionar.
¿Recibe críticas por su trabajo?
A cada rato, pero me gustan las críticas, sean constructivas o destructivas, les pongo mucha atención. Pero no acepto cuando alguien dice “¿por qué éste fue cantante y ahora resulta metido en el mundo de la gastronomía?” Es que son cosas que no difieren, a la hora de la verdad. Yo lo que he hecho en mi vida es desarrollar mis pasiones, yo no me detengo, no me puedo resignar.
Ya que ha tocado ese punto. ¿Por qué se retiró del espectáculo?
Cada día aparece alguien en las redes que suele llamarme fracasado. Suponen que eso soy porque hace muchos años dejé de actuar, porque abandoné la radio o porque no volví a cantar. Aseguran que la vida me dio la espalda, que lo perdí todo y que ahora nada. Generalmente evito responder porque no es fácil explicarles a los demás que mi retiro obedeció a una decisión de amor.
¿Qué tiene que ver el amor en su cambio de actividades?
Cuando mi esposa me dijo que estaba embarazada entendí que lo que anhelaba estaba frente a mi. Quería ser el mejor esposo y el mejor papá. Un día mientras tocaba la barriga y sentía los golpecitos de esa nueva vida tras su delgada piel, escuché el pum pum de mi corazón, mis sueños se transformaron para siempre. "Voy a retirarme", le dije, "no puedo someter a nuestro pequeñito a una vida solitaria tras escenarios, rumbas y padres ausentes.
¿No cree que sacrificó sus sueños?
¡Jamás! No hay sueño que pueda superar el de convertirme en papá. Por el contrario, ahora voy a correr tras el sueño más grande de todos.
¿O sea que no hay arrepentimientos?
Han pasado 16 años y para llegar a este punto, he hecho de todo, he pasado de todo. Pero ni un día me he arrepentido de aquella decisión porque en los momentos difíciles abrazo a mis cuatro hijos y a mi esposa y siento que ellos son mi fuerza y mi sostén, y sus besos son la mejor medicina cuando la desesperación invade mi corazón.