Reflexiones de semana santa
La semana de pasión que concluye con las resurrección de Jesús, que según la interpretación cristiana subió a los cielos y que el Papa Francisco en dos años de pontificado interpreta un mundo moderno que ha mostrado también el nuevo rostro de la iglesia, pregona la humildad, invita a evitar la “mexicanización de Argentina” (refiriéndose a las mafias) y pronuncia frases ya de perdón y alivio, de compresión y enseñanza, o sobre la inclusión social.

El Papa Francisco confirmó su visita a nuestro país en carta dirigida al Presidente de la Conferencia Episcopal en donde destaca el conflicto colombiano y la necesidad de edificar una paz estable y duradera. En ella habla de trabajar por unas sanas relaciones entre las familias víctimas de la violencia, el compromiso con los desplazados y sobrevivientes de las minas antipersona, con los despojados de sus tierras, secuestrados y con todos los que han padecido diversas formas de violencia, víctimas de la injusticia, inequidad y marginación por décadas. Que estas consideraciones lleguen en Semana Santa, tiempos de reflexión cuando se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, debe dar “frutos de reconciliación entre los hijos e hijas de ese país (Colombia), con la esperanza cierta de la superación de las violencias y del mal que les ha afectado a lo largo de décadas”. Invita a no perder el ánimo y la esperanza ante “las dificultades que esa tarea encierra, y seguir trabajando por la verdad, la reparación y las garantías de no repetición…Que se haga posible el arrepentimiento, el perdón y la decisión de no reproducir nuevamente la cadena de violencia”. Es decir, que quienes actuaron ejerciendo la violencia reconozcan sus dolorosas consecuencia puesto que no solamente han hecho daño a las víctimas sino que han quebrantado su propia dignidad humana. Una suerte de hospital de sanación que abarque todas las periferias del dolor, resentimiento y de odio que se generan en el conflicto, desde los familiares y más allá al resto de la población.
Y es que la Semana de Pasión que se sintetiza en ocho días desde el domingo de ramos cuando Jesús hace la entrada triunfal expectativas entre quienes escuchan su palabra y los escépticos que lo veían como un impostor que hablaba de crear un reino que no era de este mundo, para los emperadores romanos representaba un desafío a su autoridad y por ello lo siguieron con cautela.
Predica el Nuevo Testamento y aunque hace tajante diferencia en dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, distinguiendo entre el poder terrenal y el poder divino, se mantiene el argumento de que va a subvertir el orden establecido. Los mensajes de tolerancia frente a otros credos y religiones, así como entender a los pecadores que en cabeza de María Magdalena la acepta entre sus toldas con la advertencia frente a los fariseos de que quien esté libre de pecado tire la primera piedra o que él no viene a predicar la guerra sino la paz, la incomprensión y el odio de sus opositores lo llevaron al sacrificio.
Tantas lecciones y demostraciones de humildad, así como los llamados a la convivencia y a la paz no fueron suficientes para crucificarlo en medio de dos ladrones sin mediar un debido proceso y sin derecho a ninguna defensa. Poncio Pilatos se lavó las manos pues no encontraba pruebas suficientes para condenarlo: Mirad aquí os lo traigo y aunque no encuentro en ÉL razón para condenarlo aquí tenéis al hombre. Los Sumos Sacerdotes y los sirvientes gritaron: Crucifícalo, quizás sin tener un debido proceso. Hoy equivale al cinismo de ciertos magistrados y jueces que pese a tener las pruebas frente a la corrupción de algunos miembros de las Altas Cortes y frente a todas las evidencias, ejercen un mal llamado espíritu de cuerpo pero aun algunos como el Magistrado Pretelt se sienten hasta perseguidos violando la justicia que creen interpretar frente al resto de los mortales.
La corrupción en los altos tribunales genera escepticismo, hiere de muerte el ordenamiento legal de nuestro país y hace indispensable una alta cirugía para extirpar ese cáncer que derrumba las instituciones colombianas. Quedará en el pasado los recursos jurídicos contra extralimitaciones y abusos de conductas públicas y privadas interpuestos ante jueces y magistrados?.
Es un hecho cierto que el redentor que murió crucificado tuvo momentos de desespero y ansiedad cuando dijo: Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado; de necesidades físicas como en “tengo sed” que se interpreta como falta de alimentación, vestido, techo y de justicia de la que carecen los pobres y necesitados. El amor filial, cuando al ver a su madre y cerca de ella al discípulo que tanto amaba les dijo: Mujer eh ahí a tu hijo, hijo eh ahí a tu madre.
Es en contexto en el que queremos entender la semana de pasión que concluye con las resurrección de Jesús, que según la interpretación cristiana subió a los cielos y que el Papa Francisco en dos años de pontificado interpreta un mundo moderno que ha mostrado también el nuevo rostro de la iglesia, pregona la humildad, invita a evitar la “mexicanización de Argentina” (refiriéndose a las mafias) y pronuncia frases ya de perdón y alivio, de compresión y enseñanza, o sobre la inclusión social y volver a la otra orilla, esto es a la orilla de los pobres y desplazados de la fortuna. Frases polémicas como la del control natal cuando advirtió: “no es verdad que para ser un buen católico hay que reproducirnos como los conejos”, la crianza responsable exige que las parejas controlen los nacimientos de sus hijos.
Frente al semanario Charlie Eddo a quien le asesinaron un caricaturista, destacó que no se puede provocar, no se puede insultar la fe de los demás, no se le puede tomar el pelo a la fe. En la libertad de expresión hay límites. Con relación a la comunidad homosexual, no los juzga por su condición sino por el llamado lobby gay: “en un lobby: no todos son buenos, pero si una persona es buena, busca al señor y tiene buena voluntad, quien soy yo para juzgarla. No se deben marginar y deben ser integradas en la sociedad”. Este Papa Argentino, que vendrá a Colombia con mucha certeza a ratificar los acuerdos de la Habana nos recuerda al predicador del verdadero evangelio de la reconciliación y el diálogo como instrumentos de paz, líder indiscutible en el mundo por su sencillez que algún parecido tiene con el ex presidente Uruguayo Pepe Mujica por su austeridad y transparencia en el manejo de la cosa pública y en polémicas decisiones como la legalización de la marihuana en su país, que ya Estados Unidos y países europeos habían legitimado.
En esta oportunidad coincidimos con el Presidente Santos cuando resalta que la carta del Santo Padre es un gran estímulo a los colombianos para seguir trabajando por la paz y con el Papa Francisco cuando invita a hacer de Colombia un “hospital de sanación y de oportunidades para recuperar la dignidad perdida o arrebatada”.