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Dominical/ Creado el: 2014-05-04 09:40

Rafael, el mayor de los 28 hijos de Diomedes Díaz

“Afortunadamente en mi vida mi papá y mi mamá siempre nos enseñaron en la casa a culturizarnos, a ser personas sencillas, nobles y darle gracias a Dios por las bendiciones que llegan. Nunca nos ha enfermado la fama. Todo lo que viene son gracias de Dios”.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | mayo 04 de 2014

Rafael Santos, El turpial, el hijo mayor del cantautor Diomedes Díaz, admite –con total normalidad- que en su familia son 28 hermanos reconocidos, “que hemos pasado por la Dian, todos buenos amigos y todos admirando al padre”.

Es un asunto cultural, justifica Rafael, también cantante vallenato, quien representó a Diomedes en la serie “Rafael Orozco, el ídolo”. Y ahora en “La selección” encarna al futbolista Iván René Valenciano. 

“Mi papá era guajiro y su idiosincrasia le hacía atender a todos los hogares por igual. Eso hizo con mi madre, Patricia Isabel Acosta Solano”.

“Mi abuela, la vieja Elvira, la mamá de Diomedes, era buena paridera, según el abuelo, el viejo Rafa. Pienso que eso se va reflejando en la familia. A mi papá también le gustó tener varios hijos. Vivió intensamente, en medio de una gran bohemia, pensando que todo es amor. Mi padre decía que lo suyo era amar…”

 

¿Y por qué usted se llama Rafael Santos y no Díaz, como su padre?

“Mi abuelo se llamaba Rafael María Díaz y mi padrino José Santos González. Entonces mi papá decidió ponerme Rafael de los Santos”.

 

¿A cuántos hermanos conoce?

Los legales hasta ahora… los que hemos pasado por la Dian somos 28. Después de muerto mi papá, ya han aparecido 18 y espero a los otros 10.

 

¿Y qué sorpresas se ha encontrado?

Esto es bacano, sobre todo un 31 de diciembre. Todo el mundo lleva una botella y hacemos más de dos cajas. Afortunadamente mi papá nos enseñó a convivir, él también tuvo una familia grande, eran 9 hermanos.

 

¿Y usted cuántos hijos tiene?

Yo tengo uno que vale por 28. Tiene 7 años y se llama Rafael Santos Díaz Gallego.

 

¿Y de los 28 hermanos cuántos son músicos?

Varios. El primer cantante que salió de la familia a los 17 años fui yo. En el 99 grabé mi primer trabajo discográfico que se llamó ‘Para la Historia’; después me siguió Diomedes Dionisio, que es con otra mamá.

Nosotros siempre nos hemos criado juntos en la casa. Ha existido esa relación familiar guajira que es muy penetrante, muy pura. Después fue Martin Elías, es como el más pegado radialmente. Y está Rafael de Jesús, Elder Dayán y ahí vienen saliendo más.

 

¿Tiene hermanas dedicadas a la música?

No, en mi familia las mujeres encantan… no cantan.

 

¿Y para el papel de Diomedes, en la novela, compitió con alguno de sus hermanos?

Ellos (la programadora) pusieron los ojos en Diomedes Dionisio, que se llama ahora Diomedes Junior; hablaron con Martin Elías y mi persona. Finalmente me escogieron a mí.

 

¿Es difícil dejar de ser el hijo de…  y construir una identidad propia?

Afortunadamente en mi vida mi papá y mi mamá siempre nos enseñaron en la casa a culturizarnos, a ser personas sencillas, nobles y darle gracias a Dios por las bendiciones que llegan. Nunca nos ha enfermado la fama. Todo lo que viene son gracias de Dios.

 

¿Cómo lo vio su papá como actor?

Mi papá siempre estuvo muy orgulloso. Como soy el hijo mayor he sido su esperanza, su orgullo. Dios me dio este talento y nunca he querido quedarle mal.

 

¿Cómo sentirse orgulloso de un padre alcohólico, incumplido, drogadicto, además vinculado con un crimen?

Con tantos triunfos y no derrotas sino enseñanzas que nos dio mi papá… hemos aprendido a madurar y en esa madurez a conocerlo. Papá fue excelente, como amigo perfecto, como compadre leal, humanamente no le veo a papá sino enseñanzas.

 

Pero el país no lo ve así…

Bueno, el país lo ve como artista. Y tenemos que saber que antes de ser artistas debemos ser excelentes seres humanos y me parece que es lo interesante de mi papá.

Los hijos de Diomedes no somos unas ‘ovejitas de corral’ pero sí aprendimos mucho de nuestro padre a tener personalidad y a enfrentar las cosas.

 

¿Ha sentido alguna vez vergüenza por su padre?

Jamás. Orgullo y honra todo el tiempo.

 

¿No obstante las barrabasadas que hizo en varias ocasiones?

Nada es perfecto. El árbol que da frutos es al que le tiran piedra.

 

¿Y qué piensa usted del asesinato de Doris Adriana Niño?, ¿responsabilidad de su padre?

Una enseñanza para la familia de parte y parte. Que Dios la tenga en la gloria pero tampoco era una santa, así de sencillo.

 

Pero eso no justifica una muerte…

No, ni la vida tampoco. No sabemos todavía de dónde venimos ni para dónde vamos. Sabemos que existe un Dios.

 

Eso que acaba de decir es gravísimo, está justificando el asesinato de una mujer, a manos de su papá…

Yo estuve allí, era un niño de 17 años y me declaré impedido. Hoy pienso y digo que no era una santa.

 

¿Qué recuerdos tiene sobre la muerte?

Es un tema al que hace rato le echamos tierra. Las cosas se sucedieron y mi papá pagó cárcel. Los hechos quedaron esclarecidos. El pasado es pasado y por algo el presente existe. Aprendamos a vivir y  a respetar a los vivos.

 

¿Cerrando el tema, cómo terminó sus días su padre, Diomedes Díaz?

Feliz, feliz, contento, cosechando triunfos, nunca nos dejó de asombrar. Cada trabajo discográfico que hizo fue un excelente éxito para la familia, incluyendo los reconocimientos que antes o después se le otorguen.

 

¿Al lado de quién murió su papá?

Estaba viviendo con la comadre Consuelo Martínez acá en Bogotá, es una niña bogotana a quien le compuso la canción ‘amor bogotano’. Diomedes vivía en Bogotá y viajaba a cantar a la Costa.

 

Cuando cumplía…

Y cuando incumplía también.

 

¿Y cómo se movía en Bogotá, siendo tan famoso?

Mi papa siempre fue un hombre casero. Yo haría lo mismo, a él había que pagarle para verlo. Yo no me dejaría ver ni del celador de la casa.

Le gustaba jugar con sus hijos. No veía la tele. Se sentaba a comer un chivo asado con yuca, con la mano y sin cubiertos, en el suelo. Comía con la mano como comen los guajiros de antes. Era un hombre natural. Lo que le gustaba era estar componiendo. Si se molestaba abría un botella de whisky, se tomaba sus tragos y... lo que sucedía en adelante lo desconozco.

 

¿Por qué no dejó de beber?

Era un hombre bohemio y gracias a esos tragos tuvo grandes éxitos musicales.

 

¿Cuál es la mejor canción de Diomedes, la que a usted le llegue más al alma?

‘Mi muchacho’. Definitivamente es una canción que me hizo mi papa a los 5 años y se ha convertido en un himno en Colombia, de padre a hijo y de hijo a padre.

 

¿Usted también resultó bebedor?

No le huyo, me los tomo y me los gozo.