miércoles, 10 de septiembre de 2025
Dominical/ Creado el: 2014-05-04 11:07

Promesas y retos en campaña presidencial

Un asunto pendiente es la paz, no sobre los costos que hemos pagado sino los del postconflicto, reinserción y capacidad de perdón para reconstruir el país que recordamos y queremos contar a las próximas generaciones. Deberíamos elegir al candidato no según la cantidad de promesas sino la viabilidad y confianza despertada para realizarlas.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | mayo 04 de 2014

El diario Portafolio organizó un foro con los asesores económicos de campaña presidencial (29 de abril). Coinciden en la necesidad de una reforma tributaria, educación y son más los puntos en común que las discrepancias en macroeconomía, tasa de cambio y el problema agrario. No podría ser otro el diagnóstico pues se trata del mismo país que todos conocen, los mismos protagonistas solo que con alineaciones diferentes: Juan Manuel Santos quien aspira a la reelección fue ministro de Defensa de Álvaro Uribe ,el candidato del Centro Democrático Óscar Iván Zuluaga su ministro de hacienda, Marta Lucía Ramírez candidata del conservatismo  a su turno fue ministra de Defensa del expresidente, Peñalosa su antiguo aliado y hasta Clara López recuerda que en los años 70  fue novia de Uribe, cuando era “un fogoso joven liberal” del cual conserva un anillo de recuerdo. ¿Los mismos con las mismas? Como el asunto es de ganar votos, sí hay matices en las campañas.

Los puntos frágiles están asociados a los que ahuyenten al electorado como plantear una reforma tributaria que genere nuevos impuestos. Por el contrario propuestas paternalistas (subsidios y condonaciones) son de buen recibo no importa cómo se financien pues lo importante es ganar a cualquier precio. Lo básico es la coyuntura no importa la estructura ni el largo plazo.

Según la última encuesta publicada por Gallup-Colombia el presidente-candidato Santos lidera con un 32%, seguido de  Zuluaga con el 20,5% y después Peñalosa, con segunda vuelta segura que los enfrentara de nuevo. No obstante, hasta el momento el gobierno puede exhibir “el vaso lleno con secuestros y homicidios de los más bajos en la historia, disparada la inversión, la pobreza, el desempleo y la inflación a la baja, 600.000 viviendas regaladas y la promesa de la esquiva paz que vendrá de La Habana. ¿Cómo no reelegirlo? La crítica del uribismo señala que “la economía es mediocre, es un desastre que mejoren los indicadores, pero seguir siendo el país más inequitativo de la región” (Fernando Hoyos, Portafolio 30-04-14). Del conservatismo en versión de Mario Laserna perdimos la época de las vacas gordas para las grandes inversiones en infraestructura, “el boom minero energético afecto el campo por tanto habrá menos productividad en industria y agricultura” y dado que Marta Lucía es buena gerente hay que elegirla presidente (Portafolio citado). El asesor de Clara López sostiene que el desarrollo no se debe financiar solo con inversión extranjera y que el país se raja en lo estructural.      

Pero los problemas críticos del campo que han generado las últimas protestas, ligado a la ausencia de modelos de desarrollo eficaces, la recesión industrial no ha generado los empleos esperados, la distribución del ingreso y desigualdad social hacen agua en regiones como Chocó (Buenaventura), Caquetá y Putumayo así como la poca competitividad del país van de la mano con el rezago en infraestructura y educación. Todos coinciden en la necesidad de la reforma tributaria, así como realizar inversiones en la agroindustria y la educación.

El asesor de Enrique Peñalosa, Daniel Castellanos, es enfático en la necesidad de plantear otro programa que haga competitivo al agro, cambiando el esquema de subsidios por incentivos, fortalecimiento del mismo con bienes públicos; en el tema de educación le da énfasis a la primera infancia, preescolar, básica y media bajo las recomendaciones del reciente estudio “Tras la Excelencia Docente” de la Fundación Compartir, así como fortalecer el Sena y aumentar la cobertura en educación superior, la tributación por sectores como la minería que tiene bajos recaudos y disminuir la corrupción. Faltará esperar si los candidatos escuchan a sus asesores y una vez elegidos cambian lo prometido en campaña.

El buen escenario macroeconómico ha hecho de Colombia un país de inversión con crecimientos en los últimos años por encima del potencial, sin embargo la temporada de bonanza comienza a declinar. Menores precios en los commodities, contracciones de la oferta por parte de la FED y reactivación de las principales economías han traído turbulencia al crecimiento de la región que presentaba crecimientos por encima de los países desarrollados, pronostican bajas del 3% al 2,1% del PIB según la CEPAL, para Colombia el crecimiento sería del 4,5%.

El país presenta grandes retos en un mundo dinámico y globalizado. Si bien la agenda pendiente contempla grandes inversiones en infraestructura la brecha frente a países altamente competitivos que destinan faraónicas inversiones nos deja perplejos ante la realidad. China ocupa el primer lugar en inversión de infraestructura con €124.400 millones en 2012, seguido de EE. UU. (€120.000 millones), Brasil (€53.520 millones) y Tailandia (€50.000 millones). En 2013 el primer lugar lo ocupó Brasil con €356.000 millones, seguido de México (€224.000 millones), China (€65.000 millones), Reino Unido (€59.000), Tailandia (€50.000 millones) y Colombia (€43.600 millones). El reto de nuestro país es acortar la brecha frente a estas economías avanzadas y la lentitud conocida para la ejecución de las obras.

Siguiendo este eje las inversiones en transporte marítimo y férreo no deben ser menores, ocupamos el lugar 130 entre 148 países superando a Paraguay y Haití en la región. Según el informe Competitividad Global con el puesto 113 en red férrea, el 96 en aérea y el 110 en infraestructura portuaria. Su puerto principal está sumergido en la desigualdad, en Buenaventura el 66,5% de sus 377.105 habitantes vive en la pobreza, según el DANE, siendo la ciudad que más le aporta recursos al país pero no a sus habitantes dado que en su mayoría van a la nación por ser zona aduanera, sin embargo es un tema ignorado por los candidatos.

Otro de los retos es la institucionalidad, que es de la más deficientes y corruptas de la región, convirtiéndola “en el mayor impedimento para el desarrollo económico y social de un país. Se desaprovechan enormes recursos para invertir en educación, salud e infraestructura, empleo y tecnologías de la información y que se estiman en 9 billones de pesos al año” (1,6% del PIB) según el Banco Mundial. La calidad de las instituciones es un pilar de la competitividad y el crecimiento según el Foro Económico Mundial, pues al tiempo influye en las decisiones de inversión, organización de la producción y distribución de beneficios, también es decisiva en estrategias de desarrollo y política. Lo que sugiere una verdadera incógnita. Cómo sin establecer cambios estructurales profundos y una nueva cultura para hacer negocios se podrán obtener resultados positivos. ¿Será posible aprovechar eficientemente los recursos sin antes atacar el cáncer de la corrupción que ha frenado el desarrollo del país? ¿Se comprometerán de veras con extirpar este cáncer?

Otro tema pendiente sobre la paz, no sobre los costos que hemos pagado sino los del postconflicto, reinserción y capacidad de perdón para reconstruir el país que recordamos y queremos contar a las próximas generaciones. Deberíamos elegir al candidato no según la cantidad de promesas sino la viabilidad y confianza despertada para realizarlas.

Como sostiene Daniel Samper: “Si este país tuviera una paz como la tienen todos los demás países de América Latina -no Suiza o Finlandia- tendríamos además de tranquilidad, unas condiciones de vida mucho más favorables. Tendríamos más dinero para las obras y para lo social porque el dineral que gastamos en la guerra es enorme. A lo mejor también se lograría golpear esa mentalidad profundamente egoísta que les ha dado el conflicto a los colombianos, de salvarse cada quien y los demás que se jodan”. (Daniel Samper Pizano-“Se deja de vainas”-editorial Aguilar 2014).