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Dominical/ Creado el: 2016-09-26 06:05

Orgullosamente huilense

Por Germán Liévano R.

Escrito por: Redacción Diario del Huila | septiembre 26 de 2016

En nuestra condición de Tertulia Regional nos hemos propuesto invitar a los huilenses que de manera relevante se hayan distinguido en sus campos de acción profesional o empresarial porque se deben rescatar  los valores que hacen posible los éxitos de nuestros líderes. Nos complació de manera especial la presencia del Dr Hernán Lara Perdomo quien haciendo honor a su legado como hijo del más destacado empresario que haya tenido el Huila como fue su padre Don Oliverio Lara, pudo alcanzar una posición de indudable liderazgo en el sector petrolero como fuera ser miembro durante 5 años de la Junta Directiva de Ecopetrol y posteriormente haber dirigido la construcción y puesta en marcha de dos de los más importantes oleoductos de Colombia (Oleoducto de Colombia ODC- Vasconia-Coveñas  y Oleoducto Central S.A. OCENSA- Cuisiana-Coveñas) y el Oleoducto de Crudos Pesados del Ecuador. Este posicionamiento ejecutivo no fue gratuito pues su formación académica le dio el suficiente bagaje para enfrentar los retos gigantescos de estas formidables empresas. Fue Bachiller de Ratcliffe College, Leicester Inglaterra ,Ingeniero Industrial Texas A&M University y MasterCard of Business Administration (MBA) en la misma Universidad en 1972. Además hizo altos estudios en Francia y Estados Unidos lo cual le dio la capacidad de ser políglota y tener la posibilidad de entenderse en forma amplia y suficiente con los ejecutivos de este negocio multinacional. Se autodefinió como una persona multifacética y ello le ha permitido incursionar en múltiples negocios desde la aviación comercial hasta la ganadería, avicultura, etc. etc. En el campo de lo público fue Director de Planeación Departamental del Huila,  concejal y  Alcalde de Neiva (1976). Pero todo su desarrollo empresarial y profesional se vio comprometido por los golpes arteros de la violencia de nuestra patria, primero con la trágica muerte de su padre en Larandia Caquetá y luego con el secuestro y vil asesinato de su hermana Gloria en Bogotá. Eso lo impulsó a tomar el camino del exilio hacia tierras extranjeras donde tuvo que vivir varios años, sin perder el contacto con su tierra para finalmente regresar y enfrentar los retos que nuestro convulsionado país ofrecía. Pero se sintió especialmente valorado cuando tuvo que asumir el desafío de construir primero un oleoducto de  más de 800 millones  y luego otro de 2300 millones de dólares en medio de un país atemorizado y desprestigiado por la violencia y el narcotráfico, calificado entonces como “inviable” en muchos países y además con la enjundiosa y difícil tarea de comandar y compartir con socios de Francia, Canadá, Estados Unidos e Inglaterra. Fue su actitud de permanente conciliador  y su personalidad amable y reflexiva lo que permitió solventar múltiples problemas que en el transcurso de dicha obra se presentaron. Condicionado a mantener un bajo perfil en su empresa ni siquiera inauguró el oleoducto sino que lo fue poniendo en funcionamiento progresivamente eludiendo por supuesto muchas ambiciones terroristas de la época. Su peor momento en esta triunfante experiencia fue en octubre del 98 cuando un atentado guerrillero provocó en la población de Machuca Antioquia un pavoroso incendio con 84 muertos y mas de 30 heridos. Este hecho y luego los centenares de atentados contra la infraestructura petrolera provocó en Colombia una crisis de confianza  severa por parte de los inversionistas extranjeros pues ni siquiera se pudo obtener desde entonces un aseguramiento adecuado de las compañías de seguros. Relataba nuestro invitado que por casual visita familiar que hiciera al Ecuador obtuvo la oferta para gerenciar el Oleoducto de Crudos Pesados del Ecuador  con un costo de 1300 millones de dólares y de igual modo exitoso culminó su construcción la cual a petición del gobierno ecuatoriano quedó con una sobreoferta muy alta de transporte. Cuando vino luego la recesión petrolera en Ecuador ese moderno oleoducto quedó subutilizado y fue cuando se propuso que los crudos del Putumayo se transportaran al vecino país y de ese modo se podrían obviar dos graves problemas de la industria petrolera colombiana: por una parte el llamado oleoducto andino que lleva el petróleo desde Orito hasta Tumaco altamente susceptible a los atentados y a los daños por la difícil topografía que recorre además de su obsolescencia tecnológica.  Por otra parte el transporte terrestre por las carreteras de Huila y Putumayo a través de las tractomulas cisternas ha generado graves contaminaciones, pérdida de vidas y un obstáculo severo para el uso de nuestras vías. La opinión reflexiva de nuestro interlocutor es que debiera aprovecharse la amplia capacidad subutilizada del oleoducto ecuatoriano trasladando nuestra producción del Putumayo a través de una tubería que ya existe y que se ha utilizado ya en ambos sentidos. Por otra parte oteando el horizonte nuestro invitado avizora que la vigencia del petróleo todavía vá para muchos años más y que la tecnología tendrá que subsanar los efectos insanos que ha provocado sobre el medio ambiente, porque mientras existan las millonarias reservas de crudos bajo tierra el hombre intentará extraerlas y aprovecharlas. Su visión estratégica  es hacia el aprovechamiento de la energía solar y recuperar nuestra producción nacional por encima del millón de barriles al día. De lo contrario en cuatro años tendremos que convertirnos en importadores del crudo. Gracias  Dr. Hernán por esa lección de liderazgo en un marco de amistad y sencillez verdaderamente admirables.